Los destinos turísticos con playas sintieron las consecuencias del repunte de la violencia e inseguridad en el país. A pesar de que hubo una constante presencia militar y policial, los hoteles, restaurantes y comercios de todo tipo se quedaron con las ganas de ver a más visitantes en sus locales.

Un ejemplo de esto se dio en General Villamil (Playas), donde la ocupación hotelera llegó al 50 % según la Cámara de Turismo. “Antes de hacer sus reservaciones, la gente preguntaba que cómo estaba la seguridad en Playas, y se les respondía que todo estaba tranquilo”, precisó Esperanza López, quien es presidenta de la entidad.

Un panorama similar se observó en la provincia de Santa Elena. Los hoteles alcanzaron un 50 % de ocupación, mientras que en los restaurantes el promedio de ventas llegó hasta el 70 %. Por eso para la mayoría de empresarios turísticos de la Península el feriado por la Batalla del Pichincha “fue regular”.

El sábado fue el día con más presencia de visitantes. Aunque las playas no se coparon en su totalidad, sí se observó a miles de personas disfrutar del mar y la arena.

En tanto que el balneario de Montañita, donde la semana anterior se produjo un crimen que dejó seis personas fallecidas y seis heridos, fue uno de los sitios turísticos más custodiados por policías y militares, al punto de que allí se observó vigilancia incluso desde los cielos.

“Siempre se espera más, pero considerando los hechos violentos recién ocurridos, puedo decir que Montañita pasó la prueba. Sí hubo afluencia de turistas y sí hubo ventas”, comentó el comerciante de artesanías Roberto Borbor desde la playa del citado balneario.

El vicepresidente de la Cámara Provincial de Turismo de Santa Elena, Luis Tenempaguay, resaltó el trabajo de seguridad desarrollado durante los tres días de asueto en los balnearios, porque no se registraron mayores inconvenientes.

“Esa es la seguridad que queremos todos. Si estas acciones fueran permanentes, cada fin de semana tendríamos gran cantidad de turistas en las playas. Vamos a solicitar a las autoridades que este tipo de operativos continúen”, indicó el dirigente.

En cuanto a Esmeraldas, la ocupación hotelera llegó al 5 % en su capital, a pesar de que los militares patrullaron de forma permanente las playas de la provincia. En los balnearios Las Palmas, Atacames y Tonsupa se registró poca afluencia de personas, lejos de las expectativas planteadas por los operadores de turismo. La Cámara de Turismo Provincial estima que apenas unas 25.000 personas llegaron a Esmeraldas durante los tres días de asueto.

“Seguimos con índices extremadamente bajos, la situación es insostenible. Nosotros esperábamos tener una ocupación de al menos el 30 %. Una vez más nos quedamos con ese sinsabor”, aseguró Jorge Benítez, presidente de la Cámara de Turismo de Esmeraldas.

Los comerciantes explican que para dimensionar la realidad existente en las playas y atractivos del territorio, se miden las pocas o nulas ventas que tuvieron en los tres días.

El sábado se observó una regular asistencia de visitantes de la Sierra y de Santo Domingo de los Tsáchilas, pero no cubrió las expectativas previstas.

“Exigimos que las autoridades hagan algo urgente para rescatar el turismo en la provincia de Esmeraldas. La gente no quiere venir porque tiene miedo. Atacames era un pueblo tranquilo, pero ya no lo es”, lamentó Néstor Verdezoto, operador hotelero de Atacames.

El Municipio de Atacames realizó programas artísticos gratuitos para motivar la visita de los turistas, pero estos no llamaron la atención de los visitantes. “No ha venido mucha gente, sin embargo nos sentimos seguros, se ve a militares y policías caminando”, manifestó Carlos Intriago, turista oriundo de Santo Domingo de los Tsáchilas.    

• Una luz de esperanza

Cuenca llegó al 72 % de ocupación

De acuerdo con la Fundación Turismo para Cuenca, el sector hotelero, de bares y restaurantes registró una ocupación del 72 % de la capacidad de alojamiento. Otra de las señales positivas indicadas por los moradores de ese territorio es que no hubo problemas mayores o daños en temas de vialidad. 

No se presentaron situaciones de derrumbes o bloqueos. Otro punto que se destacó fueron los operativos de seguridad por parte de los uniformados. La ciudad se llenó de visitantes que llegaron desde El Oro y Guayas, también desde Tungurahua y Pichincha, como principales consumidores de las excursiones.

El lugar más visitado fue el Mirador de Turi, balcón de la ciudad, desde donde es posible observar las cúpulas de las 17 iglesias ubicadas en el casco histórico. Los turistas señalaron que no hubo problemas en las vías.