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El indispensable por que

Las mediciones tradicionales de bienestar no son suficientes para conocer los sentimientos del ciudadano, del público. El ingreso per cápita mide el promedio de ingresos económicos, pero no dice nada sobre la distribución de este. ¡Es un promedio! Es decir, donde se toma el ingreso del país y se divide para sus habitantes, al más rico con el más pobre; en Ecuador USD 6.198,95 (Banco Mundial 2017). ¿Pero en verdad creemos que esa medición es una para conocer el desarrollo por habitante? La percepción del público sobre la distribución de riqueza, acceso a la justicia, vulnerabilidad económica, la confianza en el Gobierno y otros estándares que pesan en la calidad y bienestar de vida, no se pregunta, no se sabe, no se gobierna ni direcciona hacia la satisfacción de estos. ¿Conoce usted una familia donde los padres dan todo pero no preguntan nada? Es posible que esos padres estén haciendo fluir el dinero hacia lo que no tiene impacto en la vida de sus hijos a futuro, que el último “Play Station” no es lo mismo que leer y reflexionar al final del día sobre una fábula de Esopo, como la Cigarra y la hormiga.

Jeffrey Sachs dice que los ‘rankings’ del Foro Económico Mundial acerca del Índice de Competitividad Global, el Índice de Libertad Económica de la Fundación Heritage, la medición de Libertad Económica Mundial del Institute Fraser, capturan muy poco acerca de la subjetividad del ciudadano sobre el sentido de justicia, la libertad de tomar decisiones de vida, la honestidad del Gobierno, la confianza percibida de conciudadanos, la sostenibilidad ambiental (vaya a preguntarles a los moradores contiguos a las piscinas de oxidación de Interagua si es que es calidad de vida para ellos y están satisfechos con vivir todos los días con olores nauseabundos). Para conocer sobre esos sentimientos legítimos, que todos tenemos, es necesario preguntar directamente.

Ahora bien, para lograr el interés de hacer mediciones mas profundas, de conocer la verdadera preocupación y estado de los ecuatorianos, indiscutiblemente necesitamos líderes diferentes. Me gustaría saber si los encontramos aplicando el pensamiento lateral, que no es otra cosa que un pensamiento creativo, no encasillado en lo habitual, que busca soluciones a los problemas pero no siguen las pautas lógicas utilizadas normalmente; excelente para analizar conflictos, solucionarlos y aumentar la motivación. Y que tiene un inicio que nos recuerda a los niños a partir de los 3 años, que al parecer solo han descubierto una palabra: ¿por qué?

¿Por qué hago lo que hago? ¿Por qué me levanto cada mañana? La finalidad, causa, creencia que tiene que ver con el ¿por qué?

Un extraordinario líder empresarial me enseñó: el propósito. Y logró que toda su empresa cambiara de misión y visión a propósito, y que sus colaboradores se inspiren y se identifiquen con ese propósito que apelaba al mismo propósito personal.

Simon Sinek dice que hay jefes y hay líderes. Los jefes ostentan puestos de poder o de influencia. Los líderes nos motivan.... y esa motivación para seguirlos no es por ellos, sino por nosotros. Entonces, ¿qué líder lo conecta con su propósito personal? ¿Qué líder nos acercará soluciones creativas? ¿A qué líder le intereso yo como individuo?