
Inaki Urdangarin, del palacio real a la carcel
El centro penitenciario donde fue recluido el exdeportista está destinado a mujeres, pero dispone de un módulo para hombres.
Llegó a ser “el yerno ideal” del rey Juan Carlos I, pero desde ayer, el exjugador olímpico Iñaki Urdangarin, casado desde 1997 con la infanta Cristina, se encuentra en prisión por corrupción.
Seis años y medio después de su imputación y con otro rey en el trono, su cuñado Felipe VI, el exduque de Palma entró discretamente en la cárcel de Brieva, un pueblo a unos 100 km de Madrid, para empezar a cumplir su pena de 5 años y 10 meses de prisión.
Su delito: malversar varios millones de euros de dinero público a través de la fundación Nóos que presidía y que puso en serios aprietos a la Corona.
Durante 14 años fue miembro de pleno derecho de la familia real: desde el 4 de octubre de 1997, la fecha de su suntuosa boda con Cristina de Borbón, hasta el 12 de diciembre de 2011, cuando fue declarado persona ‘non grata’ por la Casa Real y apartado de los actos oficiales por su conducta “poco ejemplar”.
Don Juan Carlos se entiende bien con su yerno y lo convierte en su ‘golden boy’, asegura Ana Romero, autora de un libro sobre el fin del reinado del monarca emérito y de otro sobre los primeros años del actual rey. También la reina Sofía lo aprecia: Iñaki “es buenísimo; un hombre atento, cortés, bien educado”, le confía a Pilar Urbano, periodista experta en la familia real.
Sin embargo, todo cambia durante su formación en la prestigiosa escuela de negocios ESADE de Barcelona, donde conoce a Diego Torres, su futuro socio de negocios para lo bueno y para lo malo.
En el juicio, ambos fueron condenados por malversar seis millones de euros a través del Instituto Nóos, una fundación sin ánimo de lucro presidida por Urdangarin, que firmó desproporcionados contratos con administraciones públicas y desvió sus ganancias a través de sociedades pantalla.
La pregunta que se hacía el país era: ¿por qué un hombre que lo tenía todo se aventuró en esos turbios negocios? “Algunos dicen que él no quería ser un muñeco”, y que quiso “ganar mucho dinero, demostrar a la familia real que era un tipo bien”, agrega Romero.
No obstante, también hay otras teorías: “Un tipo muy inocente, ligero, con una inteligencia limitada que cayó en manos de un tipo sin escrúpulos”.
Después de que el Tribunal Supremo confirmara su condena en segunda instancia, se especulaba con la posibilidad de que intentara eludir la prisión recurriendo al Tribunal Constitucional. Pero las expectativas eran bajas dada su posición. Si no hubiera entrado, la reacción hubiera sido “muy desfavorable y muy negativa para la Corona, porque la gente diría que no va por ser el cuñado del rey”, dijo Ana Romero.
Urdangarin se mostró ayer “tranquilo” mientras pasaba los trámites a los que están obligados todos los presos al ingresar en un centro penitenciario, según detallan fuentes penitenciarias. Durante su primera jornada entre rejas, fue sometido a un reconocimiento médico y a una entrevista con el equipo de trabajadores sociales y psicólogos. Los funcionarios también le abrieron una ficha en la que estamparon sus huellas dactilares y le tomaron las fotografías oficiales. Se le facilitó ropa de cama y un lote de productos de higiene y fue trasladado a la celda donde ha comenzado a cumplir su pena.
Sus orígenes
Deportista de alto nivel
Nacido el 15 de enero de 1968 en la localidad vasca de Zumárraga, Iñaki es el penúltimo de siete hermanos de una familia discreta y apreciada. De madre belga y padre español, un ingeniero de la industria química y miembro del Partido Nacionalista Vasco fallecido en 2012, Iñaki pasó su infancia en Barcelona, donde se convirtió en deportista de alto nivel. Con sus 1,98 metros de estatura, se convirtió en capitán del FC Barcelona de balonmano y de la selección española, con la que conquistó dos medallas de bronce en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 y de Sídney 2000.