Fue una suerte para nosotros el haber sentado a Jaime Nebot en el sillón de Olmedo, en donde se ha mantenido únicamente por haberse entregado de lleno a servir a esta hermosa ciudad y en consecuencia, recibir el voto agradecido y vibrante de sus conciudadanos, ratificándolo una y otra vez en el cargo.

Sería imposible enlistar las obras realizadas en lo que va del año 2016, ya que solamente en el mes de julio se presenta una verdadera catarata de realizaciones de diversa índole y magnitud, que complementarán el plan de desarrollo integral de la ciudad.

Mencionando la regeneración urbana, esta avanza agresivamente, complementándose no solo con arreglos viales, sino con monumentos, lagunas artificiales, juegos acuáticos e implementación de parqueos que vendrán a aliviar la congestión vehicular existente.

Uno de los atractivos que ha concitado notable interés es la instalación de la rueda gigante en el malecón Simón Bolívar, que ha sido bautizada como la Perla Blanca, que hace dúo con la refulgente perla citadina.

Vamos ya por 2.410 puntos de internet gratuito; está muy próxima a concretarse la concesión para el dragado de todo el canal de acceso a los terminales portuarios de Guayaquil; el puente Samborondón-Guayaquil avanza, y un gran anhelo de los guayasenses se está gestando con la transportación mediante aerovía, obra que será adjudicada muy pronto y que acortará notablemente el tiempo de viaje de los ciudadanos, reduciéndolo aproximadamente a 15 minutos.

No se ha olvidado la acción social con la implementación de talleres recreativos, de estimulación precoz y de atención a las personas con discapacidad, junto con las actividades del club de adultos mayores.

Se han impulsado de manera importante las acciones en salud, con la remodelación de los hospitales del día y la construcción de centros de salud.

Se ha dado gran atención al cuidado de parques, áreas verdes y canchas deportivas, sin descuidar lo relacionado con el aporte del agua potable y el alcantarillado de Guayaquil. ¡Jaime Nebot debe continuar!

Y sigo andando...

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