Henry Kronfle envió el 6 de febrero un mensaje de importancia no menor: él cumple la palabra y es un aliado con el que el gobierno de Daniel Noboa puede confiar plenamente. Al menos hasta ahora, claro.

En efecto, el presidente de la Asamblea colocó la cereza del pastel del operativo político para que el proyecto del Ejecutivo, con el que pretende elevar el IVA al 15 % de forma permanente, se mantenga con vida y con un altísimo chance de que sea aprobado este 9 de febrero gracias al veto parcial que puso de inmediato Noboa.

Ya sea que lo haya hecho con absoluta sinceridad o en virtud de un guion acordado con gobiernistas, socialcristianos y correístas, Kronfle se negó a un pedido del correísmo para que se considere el archivo del proyecto de Noboa para elevar el IVA. Es decir, Kronfle no permitió que exista la más mínima oportunidad para que haya los votos suficientes y el proyecto sea archivado: ahí sí morían las aspiraciones del gobierno de Noboa.

Es más, luego de eso, con una celeridad inédita, Carondelet recibió el texto aprobado por la Asamblea, en el que se había eliminado lo del IVA (con lo que socialcristianos y correístas se lavaban la cara al no haber aprobado ese tema nada popular). Con igual prontitud, el presidente Noboa envió de vuelta a la Asamblea su texto con el veto parcial.

En ese veto parcial, Noboa sacó todas las iniciativas que la Asamblea había introducido para supuestamente evitar la subida del IVA y volvió a meter ese tema. En otras palabras, lo que hubo en la Asamblea fue un operativo perfecto: los socios socialcristianos y correístas aprobaron un texto donde se eliminaba el incremento del IVA y así quedaban como los reyes del mambo porque habían puesto impuestos altísimos a la banca (eso siempre es popular) pero se hizo todo de tal forma que el camino quedó expedito para que se apruebe el incremento al IVA hasta un 15 % y de manera permanente. El correísmo, claro, se quejó de que Kronfle no haya permitido debatir el archivo del proyecto pero lo hizo de una forma moderada y sin recurrir a acciones radicales.

En sus observaciones parciales, Noboa insiste en un aumento del IVA, y propone que la Asamblea faculte al presidente a modificar el margen de este tributo hasta un 15 %, “con base en las condiciones de las finanzas públicas y de balanzas de pago” y que en ningún caso pueda bajar del 13 %.

Ahora la Asamblea enfrenta estos escenarios: con 70 votos, los asambleístas pueden allanarse a las observaciones de Noboa y dar paso al incremento del IVA. Con 92 votos, se ratifican en lo votado el 6 de febrero y se impide el alza del IVA de 12 % o al 15 %. También puede pasar que no existan los votos para ninguna de las anteriores, y el proyecto de ley, con las observaciones de Noboa, entre en vigencia, por allanamiento tácito.

Esto último es lo que mayores posibilidades tiene de ocurrir. Noboa y su equipo saben o están convencidos que no habrá los 92 votos para que la Asamblea insista en su proyecto. Sin embargo, como dijo el socialcristiano Jorge Acaiturri, “cualquier cosa puede ocurrir”

En síntesis, lo que parece ser un operativo perfectamente planificado y ejecutado para bien del gobierno que necesita desesperadamente la recaudación del IVA al 15 % para financiar la guerra contra el narcotráfico, pero sobre todo para acortar la brecha fiscal, aparentemente tuvo una sola víctima: Henry Kronfle.

Él se jugó, al menos públicamente porque quizá había un arreglo oculto, por no aceptar el pedido que le hicieron los correístas, con lo que lo del IVA quedó con inmensas posibilidades de pasar en la sesión del viernes 9 de febrero.

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