Es lamentable que la Penitenciaría del Litoral se pretenda convertir en un "territorio de disputa" de bandas delictivas. En esos términos se pronunció el presidente de la República, Guillermo Lasso, respecto a la masacre que ocurrió en ese establecimiento, ubicado en el norte de Guayaquil, que hasta el momento deja un saldo de 116 privados de libertad fallecidos y 80 heridos, según confirmó el mandatario.

Antes de arribar a Guayaquil, Lasso decretó el Estado de Excepción en el sistema carcelario. Posteriormente voló hacia el Puerto Principal acompañado de autoridades como Alexandra Vela, ministra de Gobierno, para luego dirigirse al ECU-911 Samborondón y desde allí analizar acciones de respuesta ante la crisis carcelaria.

La autoridad presidencial indicó que se investigará los hechos que derivaron en mortandad. Además, dijo que se realizará un acompañamiento psicológico a los parientes de los internos del centro de rehabilitación social.

"Pensando en los familiares se ha creado este centro de atención en el parque Samanes, en el coliseo Abel Gilbert. Allí encontrarán a psicólogos, asistencia en materia de alimentación y bebidas. Lo más importante es la información oportuna y verás a cada uno", mencionó.

Acotó que el Estado de Excepción servirá para, entre otras acciones, controlar las circunstancias que alteraron el orden del sistema carcelario y movilizar a las cárceles a las instituciones estatales.

Finalmente refirió que la Penitenciaría será el primer centro de privación de libertad en ser repotenciado, como parte de la readecuación de varias cárceles del país.

"La diferencia con las medidas adoptadas de cualquier gobierno anterior es que nosotros tenemos un plan estratégico en proceso de ejecución y vamos acelerar lo concerniente a la penitenciaría del litoral que requiere una inversión importante y obviamente no es de la noche a la mañana, porque demanda recursos cercanos a los $24 millones que yo me comprometo que va a tener esos recursos para pagar la tecnología y las obras civiles que se necesiten", puntualizó el jefe de Estado.

Reconoció que le "gustaría decir que sí está controlada la situación pero no lo puede hacer" en estos momentos porque no descarta lamentables escenarios en otros centros carcelarios porque es “algo previsible” aunque no se tenga una alerta específica en otros centros de reclusión.

"En este momento es un reunión de coordinación de acciones que requieren su tiempo para su ejecución y permítame no referirme a los detalles de las acciones porque son de carácter reservado y luego verán por los resultados las acciones planificadas en este reunión".

El plan de restructuración carcelaria está valorado en $75 millones. Y es un proyecto considerado de de mediano plazo porque su ejecución de cuatro años. "Lo que me preocupa en este momento es preservar la vida de las personas privadas de libertad", concluyó.