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El Big Ben y sus 160 años de puntualidad inglesa
Oficial. “Estamos muy orgullosos de lo que hemos logrado”, resalta Ian Westworth, el relojero del Gran Reloj en la sala de máquinas.EFE

El Big Ben y sus 160 años de puntualidad inglesa

Pocas veces perdió regularidad. No se olvida la Nochevieja de 1962 cuando el nuevo año entró con 10 minutos de retraso

La torre de Isabel, conocida universalmente como Big Ben, luce como nueva tras su restauración para seguir sus más de 160 años marcando el tiempo a los londinenses con la puntualidad de la ingeniería victoriana, como comprobó EFE en una visita exclusiva a sus entrañas.

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Con casi cien metros de altura y unas esferas del tamaño de un autobús de dos pisos, su belleza y su característico sonido vuelven ahora a cautivar la mirada de transeúntes y cámaras después de cinco años de una cuidadosa restauración.

“Estamos muy orgullosos de lo que hemos logrado”, resalta a EFE Ian Westworth, el relojero oficial del Gran Reloj en la sala de máquinas de la emblemática torre londinense, Patrimonio de la Humanidad.

Westworth y su equipo se encargan de que ‘Big Ben’ -el nombre que recibió originalmente la campana mayor- despierte de su letargo a cada hora en punto, mientras que sus cuatro hermanas repican cada cuarto.“Cuatro toques a y cuarto; ocho, a y media; doce, a menos cuarto y dieciséis justo antes de la hora”, detalla el vigilante del reloj.

Los relojeros juegan con pesos para marcar la hora exacta desde 1859: “Utilizamos monedas de penique antiguas; colocándolas en el péndulo aceleran el reloj en dos quintos de segundo cada veinticuatro horas”, revela Westworth.

Si la hora se retrasa, coloca un penique; si se adelanta, a la inversa. “Así es como regulamos el tiempo”, afirma el relojero, cuya referencia es siempre el primer tañido de Big Ben.

El artefacto es casi capaz de autorregularse gracias al que fue el primer mecanismo de escape doble de gravedad del mundo, que aísla al péndulo de agentes externos.

“Todo tipo de cosas afectan al reloj: el tiempo fuera, el día y la noche, las mareas (del Támesis), hasta la visita de la gente (...); pequeños ajustes que sin corregirlos cada día serían un problema para nosotros.”, dice su custodio.

Al otro lado, se encuentran las esferas que flanquean la torre por sus cuatro costados: “Podrías conducir un autobús de dos pisos por aquí”, bromea Westworth respecto a su tamaño.

Su dimensión es tal que sus dos manecillas, minutero y hora, llegan a los cinco y tres metros respectivamente.

El Big Ben y sus 160 años de puntualidad inglesa
La torre de Isabel, conocida universalmente como Big Ben, luce como nueva tras su restauración para seguir sus más de 160 años marcando el tiempo a los londinenses con la puntualidad.EFE

Sus 324 paneles artesanales de vidrio translúcido, listos para su iluminación led nocturna, “siguen una plantilla para asegurarse de que cada pieza encaje exactamente”, agrega.

Imagen de archivo de Catalina, princesa de Gales.

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Hace siglo y medio no había electricidad para iluminar el reloj, así que “el ‘sereno’ de la torre subía, encendía las lámparas de gas, permanecía toda la noche vigilando que estuvieran encendidas y no causaran explosión alguna”.

En sus 165 años nunca dispuso de un nombre oficial, hasta 2012, cuando la construcción recibió “el honor y el privilegio de ser llamada Torre de Isabel, en honor a la difunta reina”, explica Westworth.

En aquel año el Reino Unido celebraba el Jubileo de Diamantes, los sesenta años de reinado de su querida Isabel II (1926-2022).

De esta forma, el Palacio de Westminster, sede del Parlamento británico, está custodiado por dos de sus más longevas reinas: en el sur, la Torre de Victoria (1837-1901) y al norte, Isabel.

“La torre lleva el nombre de la reina, aunque ella nunca llegó a visitarla -revela Westworth-. Otros miembros de la familia real, sí, pero la reina, nunca. Una lástima, creo que le hubieran gustado las vistas”.

Desde lo más alto de la torre, tras 334 escalones de piedra, se atisba el cauce infinito del Támesis, la gran noria London Eye o el Palacio de Buckingham.

“Es un privilegio disfrutar el trabajo que tengo”, afirma su guardián durante las últimas dos décadas, quien confía “en unos años, en pasar el testigo a la siguiente generación para su cuidado, con suerte, para los próximos 160 años.

LA VERDAD SOBRE EL BIG BEN: QUÉ ES Y DÓNDE ESTÁ

El reloj de las Casas del Parlamento, conocido como Big Ben, es una de las imágenes más famosas de Londres, además de uno de los principales símbolos de la ciudad. Construida en 1858 junto al nuevo Palacio de Westminster, constituye un peculiar edificio de 106 metros de altura construido en un estilo gótico que alberga cuatro enormes relojes situados en sus caras. Aunque generalmente cuando se habla del Big Ben se menciona a la Torre del Reloj del edificio del Parlamento de Londres, esta denominación no es del todo exacta, ya que el Big Ben realmente es una enorme campana de 14 toneladas que se encuentra en el interior de la torre. El reloj de la Torre del Big Ben, compuesto por un reloj de 7 metros de diámetro en cada una de sus caras, fue puesto en marcha en mayo de 1859. Hoy en día se ha convertido en un símbolo de la nación y sus campanadas son transmitidas a diario por la cadena de radio de la BBC. Se trata de uno de los relojes más fiables que existen. Soporta las inclemencias meteorológicas: nieve o viento, e incluso los bombardeos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.

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Paisaje. Vista de la Torre Isabel, que alberga el Big Ben, centro de Londres.EFE

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