En una declaración a la prensa la tarde de este 6 de abril de 2024, la canciller Gabriela Sommerfeld defendió la decisión del Gobierno de ingresar a la Embajada de México en Quito y detener a Jorge Glas. 

Afirmó que la decisión fue tomada ante un riesgo real de fuga de un "ciudadano requerido por la justicia, en ejercicio de nuestra soberanía". 

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"El Gobierno ha cumplido con la detención de Jorge Glas dispuesta por la Corte de Justicia y lo ha puesto a las órdenes de las autoridades", dijo.

En su intervención, la funcionaria señaló que para Ecuador "ningún delincuente puede ser considerado un perseguido político, más cuando ha sido condenado con sentencia ejecutoriada y con disposición de captura emitida por las autoridades judiciales".

Además, recalcó que al otorgar México asilo a Glas no solo se trata de un acto ilícito, sino que contravine el artículo 41 de la Convención de Viena. Esto porque las embajadas no deben ser utilizadas de manera incompatible con las funciones de la misión.

Para la funcionaria, el país azteca debió cumplir con las obligaciones contenidas en la Convención de las Naciones Unidas contra la corrupción, del 2002, y la Convención Interamericana contra la corrupción, de 1996, con las que se debía hacer efectiva la cooperación con el fin de prevenir y combatir los actos de corrupción en el ejercicio de las funciones públicas.

En medio de las tensiones que desató la decisión, Sommerfeld aseguró que Ecuador agotó el diálogo con México respecto a la situación del exvicepresidente.

Según dijo, al recibirlo en la Embajada, el país contribuyó a que Glas incumpla con la obligación de presentarse semanalmente a la autoridad judicial, lo que afectó a las instituciones democráticas del Ecuador "contraviniendo el principio fundamental de no intervención en asuntos internos de otros estados".   

La Canciller también mencionó que, de acuerdo a la Convención de Viena, el Gobierno pidió, en enero pasado, autorización a la Embajadora mexicana para detener al exvicepresidente, pero el país no accedió.

Ingreso a la Embajada

La noche del 5 de abril, militares y policías ingresaron a la Embajada de México en Quito para arrestar a Jorge Glas.

Un patrullero con agentes élite de la Policía Nacional irrumpió en la legislación diplomática para buscar al exviepresidente, sentenciado por corrupción en el caso Sobornos y en la investigación por la reconstrucción de Manabí.

Los militares se encontraban en los exteriores de la sede diplomática luego de que el Gobierno de Ecuador declaró persona non grata a la embajadora Raquel Serur Smeke.

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