A las 20:53 de este lunes 3 de octubre, El Servicio Nacional de Atención a Privados de Libertad (SNAI) señaló que "aun se tiene una cifra extraoficial" de al menos 15 fallecidos y 33 heridos tras lo que ellos calificaron como un "incidente" en la cárcel de Latacunga ,provincia de Cotopaxi. 

Esta información surgió luego de la insistencia de la prensa ante el organismo, luego de que el presidente de la República, Guillermo Lasso, señale en una entrevista en vivo que se trata de 18 muertos preliminarmente. 

Antes de que se emita, dicha información, fue luego de las 19:00 cuando el subdirector del SNAI admitió la posibilidad de que Leandro Norero esté entre las víctimas de la cuarta masacre dada en 2022. Situación que se genera luego de que delegados de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y de Naciones Unidas (ONU) visiten el país para comprobar el seguimiento de las recomendaciones dadas en 2021. 

Fue recién a las 17:23 que el SNAI comunicó que seis heridos fueron llevados a un centro de salud, luego de un enfrentamiento entre los pabellones de mediana y mínima seguridad en el complejo carcelario de Cotopaxi. Pero a las 17:52 informó que se había podido controlar el área denominada Amazonas y B3A del pabellón de mediana seguridad.

Alrededor de las 14:00 se generaron las alertas por parte de los internos de los pabellones de mínima seguridad, quienes dieron aviso a sus familiares y a la prensa, para que pidan ayuda a las autoridades e intervengan, pues se había iniciado un nuevo motín. Y 45 minutos después, en la cuenta de Twitter del SNAI se comunicaba que se activaron los protocolos de seguridad por el registro de alertas.

Tres horas más tarde se habló de los heridos, pero no se confirmaba el número de fallecidos porque “hay protocolos, normas, disposiciones legales, en medio de acciones de total riesgo que se deben cumplir”. Se indicó que los equipos de las instituciones de seguridad estaban realizando su trabajo, y que no contaban con un reporte oficial hasta ese momento.

Además, que se estaba “tratando de tomar el control” del lugar, se informó desde el departamento de comunicación.

El hecho violento registrado ayer era algo que se veía venir, para la excomisionada de paz por las cárceles Nelsa Curbelo, pues no se han solucionado las problemáticas de fondo en las prisiones y seguían entrando armas y municiones a los reclusorios.

“Esto es muy probable, y con una Policía débil es relativamente fácil. Me duele mucho lo que pasa en el país” cuestionó quien también estuvo al frente en otros procesos de pacificación entre organizaciones como las pandillas.

El pasado 19 de septiembre, en esa misma prisión se detectó a tres policías que intentaban ingresar 496 municiones. Y horas antes, en la madrugada de ese mismo día se encontraron 2.570 municiones que habían sido abandonadas cerca de los pabellones. El hallazgo se dio en medio de un operativo por el intento de fuga de dos presos. En total, ese día se detectaron 3.066 municiones que no lograron entrar a los pabellones de la cárcel.

Una fuente también reveló a Diario EXPRESO que la detonación de fuegos artificiales es un código que se maneja entre las bandas delictivas que operan al interior de las cárceles.

“Los fuegos artificiales son para marcar la entrada de armamento”, puntualizó la fuente a este periódico, en señal de que la situación puede empeorar.

Por tal motivo, señaló que el pasado 25 de septiembre se ejecutó una explosión de dichos elementos en los exteriores de la prisión regional ubicada en la provincia del Guayas.

Cinco días antes, es decir también el 20 de septiembre, moradores cercanos a esa misma cárcel denunciaron una fiesta que también contó con la detonación de fuegos artificiales.

La cárcel de Cotopaxi agrupa a 4.314 reos, quienes participan del censo penitenciario que ejecutan el SNAI, el Registro Civil y el Instituto de Estadística y Censos (INEC).

En este lugar cumplía prisión preventiva Leandro Norero, un supuesto narcotraficante con boleta roja de Interpol, pues la justicia de Perú lo requería desde 2014 por tráfico de drogas. Él fue detenido junto a seis personas más el pasado 25 de mayo, en un operativo realizado en varias ciudades, en donde se decomisaron lingotes de oro, armas, joyas y fajos de billetes.

El juez Ubaldo Macías, de la Unidad de Garantías Penales, dictó la medida de prisión preventiva para tres de los siete procesados, por presunto delito de lavado de activos. Ayer se comentaba de su posible fallecimiento pero, hasta el cierre de esta edición, ni la Policía Nacional, ni el SNAI, ni el Ministerio del Interior confirmaron su deceso.

Leandro Norero fingió su muerte a inicios de 2020 y fue a partir de ahí que incrementó sus actividades ilícitas. A partir del asesinato de José Luis Zambrano, alias JL o Rasquiña, líder de Los Choneros, Leandro se convirtió en un cabecilla. Ya no solo actuaba en Daule y Durán, en donde él tenía control, junto con los Chone Killers. Hoy su organización está relacionada con los envíos de droga a Bélgica desde los puertos de Posorja, en Guayas, y Puerto Bolívar, en El Oro.

“Se toma toda la línea de trabajo de Rasquiña porque se dio cuenta de que él podía ser el nuevo líder. Él tenía las rutas y los contactos. Así que se hace cargo de los puertos”, reveló un agente de Inteligencia.