Una frontera sin Estado
Los hechos de violencia registrados en la frontera norte son manifestaciones de un problema con largo tiempo de maduración y que no ha sido dimensionado como se debía.
En efecto, el escenario originado en Colombia como consecuencia del avance incontrolado del narcotráfico se extendió, como era previsible, tanto en los efectos sociales de su impacto, como en la ampliación del territorio inmerso en esa dinámica. La suscripción de la paz de ese gobierno con las FARC, no tuvo, de ninguna manera, un efectivo resultado que se tradujera en la desmovilización de esa fuerza como lo que ha sido desde hace algunos años: uno de los más agresivos carteles del crimen y el tráfico de drogas. El desarme, celebrado con propaganda y fanfarria por el presidente Santos, y secundado por el régimen ecuatoriano de entonces, fue un acto de repercusiones superficiales, puesto que ratificaba una realidad: el abandono de esas fuerzas a su objetivo de la toma del poder, pero de ninguna manera su renunciamiento a las actividades supremamente rentables del negocio de la droga.
El fondo de la real situación de peligro, violencia y muerte no varió en absoluto. El brazo armado y agresivo de la otrora organización rebelde tomó el mando efectivo de las operaciones, pasó a convertirse en el núcleo más influyente de ese universo de inseguridad y “liberó”, para esa oprobiosa e ilegal actividad, y para la operatividad de otros grupos, una vasta e incontrolable zona de la geografía colombo-ecuatoriana.
Nuestra política estatal en este ámbito ha sido incipiente y ha tenido preocupantes vacíos. No se conoce, por ejemplo, un trabajo de inteligencia sobre la adquisición de tierras en los últimos diez años. Qué transacciones se han realizado, quiénes han comprado propiedades, quiénes se han asentado en ellas, solo para citar algunos puntos relacionados con la seguridad nacional. Y no se sabe además si los organismos encargados han advertido a las autoridades, y de haberlo hecho, cuál fue la actitud de aquellas.
Nuestra soberanía está en peligro.