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Ilustración. Los eventos en el Sol que varían las condiciones de la Tierra.Crédito: NASA

Los fósiles contienen historias sorprendentes

En el transcurso de la vida que conocemos se han registrado eventos naturales que han afectado a las tencnologías de la época

Los anillos que forman los árboles esconden múltiples historias para quienes saben leerlas. En este caso, un tipo de fósiles de tronco hallado en los Alpes franceses custodia las pruebas de la mayor tormenta solar conocida, que se produjo hace 14.300 años.

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Los troncos de los árboles usados son subfósiles (restos cuyo proceso de fosilización no está completo) conservados en las orillas del río Drouzet, cerca de Gap (Francia) y que registraron un aumento sin precedentes en los niveles de radiocarbono en aquel periodo.

El pico de radiocarbono fue causado por la mayor tormenta solar jamás identificada, según el equipo de científicos franceses y británicos que publican en Philosophical Transactions of the Royal Society A.

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Una tormenta solar similar hoy sería catastrófica para la tecnología moderna, pues podría destruir los sistemas de telecomunicaciones y satélites, provocar apagones masivos de la red eléctrica y costar miles de millones de euros.

Para su investigación, el equipo cortó fragmentos de los troncos y compararon la anchura de los anillos de cada uno para crear una cronología que les dio información sobre los cambios medioambientales del pasado y les permitió medir el radiocarbono en un período desconocido de actividad solar.

Después compararon los niveles de radiocarbono de los troncos con los de berilio, un elemento químico hallado en los núcleos de hielo de Groenlandia.

El radiocarbono se produce constantemente en la atmósfera superior a través de una cadena de reacciones iniciadas por los rayos cósmicos, recordó el autor principal de la investigación, Edoudard Bard, del Collége de Francia.

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Recientemente se ha descubierto que los fenómenos solares extremos, pueden crear ráfagas de partículas energéticas de corta duración que se conservan como enormes picos en la producción de radiocarbono que se producen en el transcurso de un solo año.

Encontrar esa colección de árboles semiconservados fue “realmente excepcional”, destacó Celine Miramont de la Universidad de Aix-en-Provence (Francia).

Hasta hoy, se han identificado nueve tormentas solares extremas, conocidas como Eventos Miyake, ocurridas en los últimos 15.000 años y los más recientes se produjeron en 993 y 774.

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Sin embargo, esa tormenta de hace 14.300 años recién identificada es aproximadamente del doble de tamaño que las dos posteriores.

Los eventos Miyake son muy poco conocidos porque nunca han sido observados directamente de forma instrumental.

La mayor tormenta solar observada directamente, el evento Carrington, se produjo en 1859 y, aún siendo más pequeña que un Miyake, destruyó los telégrafos y creó una aurora nocturna tan brillante que los pájaros empezaron a cantar creyendo que el sol había empezado a salir.

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Las grandes tormentas Miyake, destacó otro de los firmantes Tim Heaton de la Universidad de Leeds (Reino Unido), podrían dañar los transformadores de las redes eléctricas provocando apagones que durarían meses, así como los satélites y crear graves riesgos de radiación para los astronautas.

Los científicos aún no saben qué causa esas tormentas solares tan extremas, con qué frecuencia pueden ocurrir o si se pueden predecir de alguna manera.

Por eso, advierten de la importancia de comprender estos fenómenos para proteger en el futuro nuestras infraestructuras mundiales de comunicaciones y energía.

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