Emelec ante la barra mas brava

Juan Ramón Silva y Carlos Luis Morales tuvieron la oportunidad de visitar los dos estadios que San Lorenzo -rival de Emelec esta noche en los octavos de final de la Copa Libertadores- ha tenido a lo largo de su historia.

El Viejo y el Nuevo Gasómetro son los fortines en los que el Cuervo, como se conoce al equipo argentino, ha cimentado su idolatría.

“Yo dirigía al Valdez en 1992, jugamos Copa Libertadores ante San Lorenzo y recuerdo que ese estadio (el Viejo Gasómetro) tenía la tribuna pegada a la banca de suplentes. Era un escenario impresionante, donde la hinchada realmente hacía sentir la condición de visitante. Mire qué tan brava será la barra, que el autobús del equipo visitante no podía llegar al estadio, porque los hinchas tenían una actitud demasiada agresiva hacia todo lo que no tenga los colores de su club”, recuerda el uruguayo Silva.

Pestañita Morales defendió dos veces la portería de Independiente en el Nuevo Gasómetro y da fe de lo complicado que es ese reducto.

“En el mismo lugar donde se encuentra el nuevo escenario, estaba el antiguo estadio de madera. Está ubicado en el Bajo Flores (Buenos Aires), cerca de donde hay una colonia española. En uno de los partidos que jugué allí, en 1994, le atajé un penalti a Carlos Javier Neto, que luego vino a jugar en Emelec. Ahora las tribunas están bastante alejadas, pero la hinchada de San Lorenzo es la primera del fútbol argentino... si sale alguna canción, siempre la saca primero y luego la copian los demás. Es una barra fuerte, que pasa cantando todo el partido, aunque el equipo esté ganando o perdiendo, realmente te hacen sentir visitante. Para mí, esa hinchada es más fuerte que la de Boca Juniors o la de River Plate”, sentencia el exseleccionado ecuatoriano.

Los dos consultados por Diario EXPRESO coinciden en que la tarea del Bombillo -que llega con un marcador de 0-1 en el choque de ida- será muy difícil, pero podría convertirse en una motivación adicional.

“Ganar en esa cancha es difícil, realmente muy difícil, pero si Emelec sale bien librado de allí sentirá un envión anímico que podría llevarlo muy lejos”, concluye Morales.