
Elizabeth Cabezas: “La Asamblea no se convertira en el cortacabezas de las autoridades”
Elizabeth Cabezas, de Alianza PAIS, quiere dar un nuevo rostro al Poder Legislativo después del conflictivo periodo dirigido por José Serrano. Ella es riobambeña de nacimiento, estudió en Guayaquil y vive en Quito. Destaca logros obtenidos por la vía d
Lleva 45 días al frente de la Asamblea. Elizabeth Cabezas, de Alianza PAIS, quiere dar un nuevo rostro al Poder Legislativo después del conflictivo periodo dirigido por José Serrano. Ella es riobambeña de nacimiento, estudió en Guayaquil y vive en Quito. Destaca logros obtenidos por la vía del diálogo.
- Asumió la dirección de una Asamblea cuya credibilidad bordea el 25 %. ¿Cuál es su plan para recuperar esa imagen?
- Las Asambleas nunca son el ‘patito bueno’ de los países, las encuestas siempre nos dan niveles bajos de credibilidad. Es un reto en un momento en que he asumido en una etapa de conflictos, accidentada, que involucró a autoridades del Estado, entre ellos quien fue presidente de la Asamblea. Ese escenario obliga a que tomemos acciones y evidenciemos con hechos el nuevo momento político en el que queremos privilegiar el diálogo, llegar a consensos y acuerdos con base en objetivos comunes.
- Al final, perdieron un año: fue una Asamblea sin agenda y enredada en conflictos...
- Eso está superado. Hemos presentado una agenda consensuada, que prioriza el tratamiento de las demandas de los ecuatorianos. La hemos enfocado en economía y producción, social y democracia, justicia. Esa agenda da cuenta de que hay un trabajo planificado: no es un conjunto de improvisaciones.
- También se anunciaron cambios operativos para reducir gastos, ¿pero habrá cambios para que se vea un mayor trabajo?
- El trabajo operativo los asambleístas lo hacen todos los días. Cuando no están en el pleno o las comisiones, están en sus territorios trabajando. Lo que se ha omitido es el desplazamiento de las comisiones a territorio. El contacto territorial tiene que hacerlo el asambleísta.
- ¿Cuánto representa el plan de austeridad?
- Tomé la dura decisión de desvincular a 250 personas, lo que representa un ahorro del 7 % en el presupuesto. Además, se redujeron los viajes al exterior y se optimizó el uso de ciertos recursos, lo que significa un 2 o 3 %.
- Volviendo a la agenda, son 44 propuestas, pero la mayoría son correcciones a normas que tienen pocos años. ¿Estuvieron mal hechas o se hicieron al apuro?
- Lo que es evidente es que es necesario reformar varios cuerpos normativos porque en la aplicación se han encontrado complejidades. La ley que mayor cantidad de reformas tiene es el Código Orgánico Integral Penal (COIP). Tiene tal cantidad que no podemos cerrar el análisis, porque cada día tenemos nuevos pedidos de cambios en articulados importantes.
- Y es una ley que tiene menos de cuatro años. ¿Qué pasó?
- Se me hace difícil decir qué pasó, lo que puedo decir es que se evidencia la necesidad de cambios.
- Pero no es el único caso...
- La mayoría de lo que hemos presentado pasa por reformas a cuerpos normativos relativamente nuevos. Por eso he dicho: no es un tema de cuántas leyes logre hacer, sino primero entrar en reformas de cosas que ya hemos visto que en la aplicación no son lo mejor. Lo central es tomarnos el tiempo para hacerlo bien.
- Tampoco se cumplieron ofertas como por ejemplo la ley contra la corrupción, que ahora está en su agenda. ¿La Asamblea llega tarde también a eso?
- Las cosas, tal vez, no se hicieron con la prontitud requerida, pero nunca va a ser tarde para enmendar los errores. No queremos hacer de esto un ejercicio repetitivo de lo que ya pasó: tener muchas leyes pero sin los consensos necesarios y sin escuchar a los involucrados, para luego tener que hacer las reformas.
- ¿Es un plan realista?
- Estoy optimista por las conversaciones con los presidentes de las comisiones y los compromisos de las bancadas.
- ¿Irrumpe en la agenda la frontera norte y los anunciados proyectos económicos?
- Hemos incorporado esos temas. Para la frontera se creó la comisión ocasional, que tratará las reformas a la ley de seguridad, y la de desarrollo fronterizo, que permite hacer una intervención integral de estos territorios y no mirarlo solo desde la seguridad.
- ¿Serán un problema las cuatro comisiones presididas por los correístas?
- No creo que las diferencias estén superadas, pero creo que ellos han entendido que el compromiso no es con la presidenta de la Asamblea, sino con los ecuatorianos. He conversado con ellos, hay ese entendimiento de las necesidades y tienen que sumar los esfuerzos para que las cosas salgan.
- ¿Dejó de ser prioridad la reestructuración de las comisiones?
- Sí, la coyuntura por el tema de seguridad obligó a que las prioridades se centren en los temas del país. No es una urgencia para mí.
- La otra deuda que tiene la Asamblea es la fiscalización. Por fin lograron cerrar un juicio político. ¿Quedó conforme con el proceso contra el exfiscal Carlos Baca?
- Históricamente, desde 2005 no se había dado una censura y destitución de un funcionario público que esté en el país y en funciones. Eso da un voto de confianza a la tarea fiscalizadora de la Asamblea, pero tampoco significa que la Asamblea deba convertirse en el cortacabezas de todas las autoridades. ¡Cuidado con tener una lectura equivocada en ese sentido! La tarea de fiscalización tiene que ser extremadamente responsable y hecha en un ámbito de mutuo respeto y consideración, como se llevó el juicio al exfiscal. La Asamblea conoce cuál es su rol en la fiscalización y lo vamos a asumir con la responsabilidad que se debe, pero que tampoco se espere que nos convirtamos en los decapitadores de todo el mundo.
- ¿Le parece que hay ese ánimo de cortar cabezas?
- Sí, pero la Asamblea no se puede prestar para eso. Tiene que hacer su tarea de fiscalización de manera responsable, coherente e imparcial. Aquí no son conflictos personales, son temas de Estado.
- ¿Estas condiciones se cumplieron con Baca Mancheno?
- Hubo un error en un esquema procesal y eso fue lo que se juzgó y generó el juicio político: la exposición de un audio sin el proceso judicial de por medio. La votación que hubo fue contundente, eso me releva de más comentarios.
- En la Asamblea también hay decenas de pedidos de información. ¿Cuáles son las prioridades de investigación?
- Hay varios ámbitos, los temas sociales son mucho más seguidos porque son beneficios directos para los ciudadanos, que no siempre están satisfechos.
- ¿Qué pasó, por ejemplo, con las 43 cajas de información que entregó la Contraloría a la mesa de Fiscalización por el caso Odebrecht?
- Buena pregunta. Está de preguntarles a ellos. Ese es el problema en el que a veces caemos: pedimos tal cantidad de información que no es ni siquiera procesada. Hay instituciones que entregan camiones de documentos para sustentar su gestión y en qué terminan esos pedidos. Esa es una evaluación que tenemos que hacer.
- ¿La Asamblea está en ‘competencia’ con el Consejo de Participación Transitorio en la evaluación de las autoridades?
- No estamos en ‘ganadas’ a nadie. Sabemos cuáles son nuestras atribuciones y las vamos a cumplir más allá de la existencia de otros entes.