La eliminación de la tarjeta amarilla, que años atrás la Unión Europea impuso a Ecuador como llamado de atención por un laxo control contra la pesca ilegal, aún requiere del visto bueno de un informe técnico que deberá realizar la Comisión Europea. Eso conllevaría una nueva inspección que, se prevé, pueda darse en el transcurso de este año. 

Así lo dio a conocer a EXPRESO, Pierre Karleskind, el francés que presidió la visita de siete parlamentarios europeos, con el fin de constatar los cambios que, Ecuador y la industria atunera en general, vienen aplicando para garantizar una pesca sostenible. La cita que se dio entre el 22 y 24 de febrero, dijo Karleskind, dejó buenas impresiones respecto a estas acciones. 

"Hemos comprobado cómo el país está implementando su Ley de Pesca y hemos tenido la buena sorpresa de ver que esa implementación se ha hecho de forma rápida...con respecto a todo lo que hacen en los puertos con las inspecciones, al control de lo que se está desembarcando de los barcos, al peso de la carga para estar seguros de que no hay sobrepeso y no hay pesca ilegal. 

El fin de la visita, aclaró, era sobre todo para corroborar la voluntad política del país por mejorar sus operaciones. A su regreso a Europa, dijo, realizarán un informe que recogerá estas impresiones y que será emitido a la Comisión Europea. "Nuestro informe no es vinculante para la Comisión Europea, pero va a ser presentado durante una reunión en el Parlamento Europeo, reunión en la que participa la Comisión y en la que va a escuchar los resultados. La reglamentación europea lo dice claramente: el informe decisivo (para eliminar la tarjeta) es el informe técnico que haga la Comisión". 

Esa inspección técnica, dijo, se haría este año. "Yo estoy convencido de que el 2023 será el año en que se va a dar la tarjeta verde, pero yo no lo puedo anunciar", dijo.