Tras casi ocho meses de un apagón estadístico, Ecuador ha vuelto a conocer el estado de su mercado laboral. Y tal como se preveía, los resultados no son alentadores, pues según las cifras oficiales, la crisis sanitaria generada por la COVID-19 ha provocado que, hasta junio de este año, 698.449 personas pierdan su empleo. Las cifras llega a superar con creces las 508.000 plazas que en un inicio llegó a proyectar este Gobierno.

Así lo dio a conocer ayer el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), tras anunciar que en el país, tras la crisis, la tasa de desempleo llegó al 13,3 % entre mayo y junio de 2020; 9,5 puntos más si se la compara con el 3,8 % de diciembre del año pasado.

Diego Andrade, director del INEC, quien en todo momento atribuyó el retraso de presentación de las cifras a problemas logísticos motivados por un cambio de metodología en la realización de encuestas, precisó que la tasa de desempleo del 13 % significa que actualmente en el país 1’009.582 personas están sin trabajo, el indicador más alto que se ha registrado desde el 2007.

Los datos se dieron a conocer en una rueda de prensa virtual, en la que Andrés Isch, ministro de Trabajo, también estuvo presente. El funcionario mencionó que si bien las cifras son preocupantes, estas son coherentes con lo que sucede en otros países de la región, donde la pandemia también ha dejado graves efectos. Muchas de las personas que tuvieron que renunciar a sus empleos, dijo, tuvieron que pasar a la informalidad, lo que hizo también que la tasa de empleo inadecuado suba del 56,7 % al 67,4 %, mientras que el empleo adecuado se desplomó del 38,8 % al 16,7 %. Esto último significa que 1,8 millones se vieron obligados a dejar un empleo de calidad.

Según se explicó, el incremento de la tasa de informalidad también se debió a que más del 60 % de los encuestados respondieron no haber alcanzado, en época de pandemia, la jornada total de 40 horas, fruto de las medidas de aislamiento que se han dictado. La expectativa, indicó Isch, es que conforme se vaya dando la recuperación económica, una parte de quienes dijeron estar en malas condiciones laborales vuelvan a pasar a la formalidad.

Para lograrlo, señaló, se requiere que en el país se trabaje por un gran acuerdo nacional por el empleo. Las directrices para llegar a ello, sostuvo, se darán a conocer la próxima semana.

El secretario de Estado adelantó que se trabajará en una mejor definición sobre el destino que debe tener el programa de reactivación en ciertos sectores, lo que incluye la entrega de crédito, el acceso a financiamiento y la eliminación de barreras para facilitar la contratación.