El año empezó con cambios para los créditos hipotecarios que el Biess entrega a sus afiliados y jubilados que están en búsqueda de vivienda barata. Desde este año, quienes necesiten calificar para un préstamo deben saber que la entidad ya no estará dispuesta a entregar los mismos montos de financiamiento.

Según una resolución del Directorio del Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (Biess), las viviendas de hasta 90.000 dólares, consideradas preferenciales o de interés público, ya no tendrán el 100 % de cobertura, sino hasta un 95 % de financiamiento. Es decir, si una casa cuesta $ 90.000, el banco del IESS solo le prestará hasta $ 85.500. Además, el préstamo aplicará únicamente para viviendas nuevas que tengan más de una habitación.

La reforma se da en un momento en que el Biess intenta bajar la presión que este tipo de crédito (el más bajo subsidiado por la entidad) está generando sobre sus cuentas, pues justamente en este segmento se registra la mayor cantidad de impagos.

La tasa de mora hipotecaria del Biess alcanza el 12 % y está concentrada principalmente en las viviendas de entre 90.000 y 130.000 dólares. Sostener un financiamiento sobre este tipo de crédito no es lo más adecuado, explicó ayer a EXPRESO Carlos Julio Arosemena, gerente del Biess. “Cuando se financiaba el 100 %, si un cliente caía en morosidad quedábamos descubiertos con el valor de la casa, que es la garantía”, dijo.

En debate, antes estuvo un posible incremento de la tasa preferencial o el establecer nuevas condiciones para quienes quieran acceder a este beneficio. No obstante, Arosemana aseguró que nada de eso se ha aplicado este año. La tasa de interés para este segmento se mantiene en 5,99 % y el plazo es hasta 25 años.

La resolución se emitió en septiembre de 2022, pero empezó a regir desde este año. En ella se incluye una cláusula transitoria que aplica una excepción: el que las personas que hayan solicitado el crédito hasta antes de diciembre del 2022 no se vean afectadas en sus trámites.

Esto último, dice Jaime Rumbea, director de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Vivienda Ecuatoriana (Apive), es positivo. “Era necesario un mecanismo así para los hogares que ya tienen promesas de compraventa, cuyas viviendas se construyen y no terminan de ser entregadas y por ende el crédito no se ha desembolsado”. De lo contrario, dice, habría sido un impacto saber a última hora que iban a recibir menores recursos.

No obstante, él advierte que medidas como esta no dejan de ser un desincentivo en la demanda de préstamos, lo que podría afectar en un momento en que la industria de la construcción requiere más liquidez para recuperarse. Por ello, dijo, se ha solicitado al Biess ampliar el plazo de 25 a 30 años, como mecanismo de compensación.

Arosemena admitió que ese es un pedido que se sigue analizando, no solo para este sino para todos los segmentos de crédito. El director del Biess, sin embargo, no cree que la demanda pueda afectarse, pues el techo de financiamiento sigue siendo uno de los más altos si se lo compara con la oferta de la banca privada. Para este 2023, añadió, la expectativa es que la emisión de hipotecarios siga creciendo. Desde su administración se están aplicando políticas para ello. La meta es que esos $ 610 millones de hipotecarios entregados el año pasado, puedan incrementarse a $ 750 millones. Lo harán, dijo, mediante la firma de alianzas con promotores inmobiliarios y campañas de publicidad para que la gente conozca los beneficios.

También se seguirá trabajando en reducir los niveles de morosidad. Este mes la entidad lanzará un concurso entre firmas de cobranza externa, que trabajan con los bancos privados. La idea es que su experticia ayude a la entidad a recuperar la cartera impaga, que hoy está en manos de 30.000 morosos.