Poca gente, con distanciamiento entre sí para prevenir la expansión de la COVID-19, y un ambiente de escepticismo, cuando no de abierto rechazo hacia la política: esa fue la tónica en las elecciones legislativas de ayer en Venezuela, un día que apenas se diferencia de cualquier otro fin de semana en Caracas.

Unos 20 millones de venezolanos estaban habilitados para sufragar y elegir entre 14.400 aspirantes a 277 diputados. Un país con el 80% de pobreza, que busca cada día cómo ‘parar la olla’, menos saber de la política.

La capital venezolana amaneció adormecida, con filas frente a los mercados y apenas unos pocos en los centros de votación en los que, al revés que en otros comicios, los venezolanos no parecen estar viviendo una jornada de votación para renovar la Asamblea Nacional (AN, Parlamento).

A esta elección no acudió la oposición que encabeza Juan Guaidó, diputado y presidente de la AN hasta que los nuevos parlamentarios tomen posesión el próximo 5 de enero, como tampoco otros de los grandes nombres de los políticos que se oponen al presidente Nicolás Maduro.

Sin embargo, los principales partidos de la oposición han sido intervenidos por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), en una polémica decisión que ha despojado del liderazgo de estas organizaciones a los políticos escogidos por los militantes. En cambio, han puesto al frente de los partidos a antiguos miembros, expulsados de los partidos y acusados de corrupción por sus antiguos compañeros. Mucho más dóciles, ellos decidieron acudir a las urnas.

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, votó en las elecciones legislativas y pidió a los venezolanos dirimir sus diferencias a través del debate, “de la verdad de cada quien”, del respeto y del diálogo.

“Hoy (ayer) nace una nueva Asamblea Nacional (AN, Parlamento)”, dijo el mandatario después de criticar la saliente, que ganó con una clara mayoría la oposición en diciembre de 2015.

A la actual AN, que termina su mandato el 5 de enero, la calificó como “nefasta”, pues consideró que “trajo la plaga de las sanciones” en referencia a las medidas de EE.UU. y por tanto llevó a Venezuela “la crueldad, dolor y el sufrimiento”.

Frente a ello, aseveró que los ciudadanos tuvieron “paciencia, aguante, resistencia” y con el voto de los venezolanos están “haciendo justicia”.

Unas 150 personas se manifestaron ayer, en Madrid contra lo que calificaron del “fraude” en las elecciones legislativas en Venezuela, del que acusan al presidente Nicolás Maduro, y a favor de la consulta popular convocada por el presidente de la Asamblea Nacional (AN), Juan Guaidó.

Mientras que decenas de venezolanos se plantaron frente al Monumento a Los Héroes en Bogotá para rechazar las elecciones legislativas de ayer, en su país, comicios que calificaron como un “gran fraude” de la ‘dictadura de Nicolás Maduro’.

Colombia fue uno de los primeros países en reconocer, en enero de 2019, a Juan Guaidó, quien encabeza la oposición, como presidente interino de Venezuela, lo que tensó las relaciones entre el país, al que antes de la pandemia del coronavirus ingresaban diariamente miles de migrantes, y el régimen de Maduro.

“Los venezolanos nos encontramos en el medio de una terrible situación que es una emergencia humanitaria, pero también estamos metidos en un régimen que viola los derechos humanos y hoy millones de venezolanos pasan hambre”, agregó Eduardo Battistini, consejero político de la Embajada de Venezuela en Colombia.

El expresidente de España José Luis Rodríguez Zapatero, quien se encuentra en Caracas como observador internacional invitado a las legislativas, pidió a la Unión Europea (UE) que reflexione sobre su postura con Venezuela.

No logrará confundirlos

El congresista cubano-estadounidense Mario Díaz-Balart dijo que Nicolás Maduro, no logrará confundirlos con las “falsas elecciones” que se celebraron ayer, en ese país para elegir a los diputados a la Asamblea Nacional.