Con los deberes al día. El Gobierno ecuatoriano ha cumplido en las últimas semanas tareas pendientes con el Fondo Monetario Internacional (FMI) mientras negocia un nuevo acuerdo para acceder a más financiamiento.

La Ley de Finanzas Públicas pasó por el ministerio de la ley, el nuevo sistema de precios de los combustibles está vigente y la renegociación de la deuda está en marcha.

En mayo de 2020, Ecuador y el organismo dieron por terminado el programa que fue suscrito en marzo de 2019. Luego de incumplir el anterior acuerdo y debido a la crisis provocada por la pandemia de COVID-19, ambas partes exploran una nueva carta de intención que se adapte a la nueva realidad.

Por ahora, el posible nuevo programa es un misterio. No obstante, una de las certezas es que será clave para que las finanzas del país se sostengan en medio de una crisis nunca antes vista. El mismo FMI señaló la semana pasada que la economía de Ecuador decrecerá 10,9 % al cerrar este año.

Así lo perciben los acreedores del país. Los dos grupos de tenedores de bonos, con los que el Gobierno no ha conseguido un consenso para reestructurar la deuda, señalaron días atrás que es necesario un nuevo acuerdo con el Fondo.

Bancos internacionales y firmas que analizan riesgos políticos consultados por EXPRESO señalan un inconveniente que debe estar en el centro de las negociaciones con el Fondo: las elecciones 2021.

Risa Grais-Targow y Laura Duarte, analistas de Eurasia Group, consultora internacional de riesgo político, señalaron que el Gobierno ecuatoriano buscará finalizar un acuerdo con el FMI para agosto, justo antes de que comience el ciclo preelectoral.

A pesar de que el Gobierno estaba buscando inicialmente asegurar un nuevo Acuerdo de Facilidad Extendida (EFF, por sus siglas en inglés), como el suscrito el año anterior, las elecciones de febrero de 2021 y la falta de consenso en torno a las reformas estructurales hacen más factible que la administración de Moreno acuerde un Stand-By a corto plazo.

El tamaño del programa dependerá de los resultados de la reestructuración con los bonistas, los cuales siguen siendo inciertos, dados los recientes impasses con dos de los tres grupos de acreedores, concluyeron Grais-Targow y Duarte.

En Goldman Sachs creen que las autoridades pueden llegar a un acuerdo con el FMI en los próximos meses. El nuevo programa probablemente tomaría la forma de otro EFF, con revisiones a los objetivos fiscales y a las reformas estructurales, dijo Tiago Severo, vicepresidente de investigación Económica para América Latina de la firma.

Severo señaló que es difícil decir cuánto dinero estará dispuesto a prestar el FMI debido a la alta incertidumbre por la transición política. Puede ser razonable considerar como referencia los desembolsos restantes del programa anterior: unos $ 3.100 millones.

Tampoco descarta que el FMI entregue más recursos por la gravedad de la situación económica del país. El economista de Golman Sachs está seguro que si Ecuador obtiene nuevos recursos del FMI probablemente apuntará a estructurar el calendario de desembolsos de tal forma que una parte solo estén disponibles a fines de 2021 o en años posteriores. “Eso crearía los incentivos para que una nueva administración cumpla con los términos de cualquier acuerdo”.

La relación con el organismo

• Último crédito: El último préstamo que entregó el organismo multilateral a Ecuador se desembolsó en mayo de este año. El monto del crédito fue de $ 643 millones para cubrir las necesidades del país ante la pandemia de COVID-19. 
• Precandidatos: En junio, la agencia Bloomberg publicó que la representante de la misión del FMI para Ecuador, Anna Ivanova, se reunió con los precandidatos presidenciales de Ecuador para tantear el terreno. Entre ellos Guillermo Lasso y Jaime Nebot. 
• Negociaciones: En las últimas semanas los representantes del organismo han mencionado que se encuentran negociando con las autoridades de Ecuador. Sin embargo, no han dado detalles del posible acuerdo y las conversaciones.