Un costo inadmisible. Habitantes de La Puntilla y La Aurora reclaman por los altos valores en las planillas de luz que reciben cada mes, que llegan hasta los 500 dólares, un costo que, aseguran, no es consecuente con el ineficiente servicio que reciben.

Es el caso de la familia de Salma Saade, quien reside en la zona de La Puntilla. Hasta inicios del 2023 pagaban cerca de 300 dólares, un valor que llegó a elevarse a 500 dólares en la última planilla emitida. Un incremento que consideran “absurdo”, porque sostienen que no ha ido a la par de un aumento del consumo, pues aseguran mantener las mismas costumbres de uso. Sin embargo, el costo lo han tenido que asumir para no tener multas o ningún corte de luz.

Estos casos se agravan y llegan los afectados no solo a sufrir los altos costos de luz, sino también daños a sus artículos electrónicos, como es el caso de Carlos García, quien vive en Las Riberas desde el 2002.

García relata que su sector experimenta a la semana al menos dos cortes de luz, situación que le costó un equipo de sonido.

“Los cortes de luz quemaron mi equipo de sonido, que no fue nada barato. Fueron cuatro mil dólares a la basura”.

Además del mal servicio, que terminó haciéndole perder esos 4.000 dólares, señala que los montos a pagar mensualmente tampoco le parecen los correctos.

“Hace cuatro años éramos seis personas en la casa y gastábamos energía sin recelo. La planilla que nos llegaba era de 320 dólares. Ahora somos cinco y cuidamos de forma exagerada el consumo eléctrico y solo se ha reducido 30 dólares. No hay gran diferencia”, detalla.

A García le genera preocupación el hecho de no tener mayor reducción en la factura de electricidad, pese a emplear menos electrodomésticos. “Es como si nadie controlara estas tarifas de luz”, añade.

Sin embargo, desde CNEL argumentan que estas tarifas se mantienen desde el 2020, pero los valores tarifados en Guayaquil y Quito son distintos al resto de provincias.

Víctor Molina, vocero de CNEL, explica que estos valores elevados que se han presentado “se deben a los consumos por la reciente ola de calor... Pero además de esto, son distintos los estilos de vida y consumo que se manejan entre Guayaquil y La Puntilla... Pero la gente tampoco sabe cuidar su gasto de energía”, señala.

Desde la Defensoría del Pueblo se han contabilizado denuncias con respecto a cobros altos, daños en electrodomésticos, multas, entre otros perjuicios en Guayaquil, Samborondón, Durán y Daule.

La cifra para el 2021 fue de 524, en 2022 se registraron 510 y hasta el 18 de mayo del 2023 han llegado 302 de estas denuncias.

Sin embargo, de acuerdo con el criterio de Juan Dillon, colaborador del Observatorio de Servicios Públicos, “decir que ‘estamos en invierno y la gente consume más’ no es excusa válida. Se debe analizar caso por caso”.

Dillon destaca que la diferencia de valor entre Guayaquil y cantones vecinos debería ya ser regulada. “En la década de los 80 se entendía la diferencia en costos por las inversiones que se debían hacer en zonas rurales. Pero ahora ya no hay tanta diferencia en maquinaria para transmitir energía. Se usan hidroeléctricas que deberían regular el precio y aun así se mantienen tarifas distintas”.

El menor nivel de voltaje cobrado en CNEL Guayaquil llega a $ 0,07 por kilovatio/hora; mientras que en el resto de cantones vecinos es de $ 0,09 por unidad.

A su consideración, las planillas con costos elevados también se pueden dar por el mal estado de los transformadores que se encuentran sobrecargados.

“Pongo mi caso como ejemplo. Yo pago $ 60 en La Puntilla y mi hija paga $ 100 en La Joya, Daule. Pero yo, además de tener más implementos, los uso más que mi hija. Ya nos han indicado que el transformador está sobrecargado, lo que da estos valores, pero sigue sin ser revisado”, dice.

Este problema no se ha limitado a Samborondón. Para las ciudadelas de Daule la situación se repite.

Se pagan valores de hasta 180 dólares por planilla de luz en un hogar de cuatro personas. Como en el caso de la familia Anchundia, que en promedio paga dicha cantidad cada mes desde el 2021. Sin embargo, reclaman que sus hijos, quienes son los que más consumen energía, pasan menos tiempo en casa y el valor tuvo que haber bajado.

“Uno trabaja y el otro está en escuela. Solo quedo yo y lo único que uso es la cocina eléctrica, la que tengo por más de cinco años. Esto no debería ser posible”, asevera Alexandra Castro. No obstante, según la comunidad, uno de los factores que influyen en los valores altos a pagar en las planillas son los medidores obsoletos.

Dillon concuerda en que este es un argumento válido, pues la calidad de los medidores que se usan es baja, por lo que al cambiar a uno eléctrico, este podría contabilizar mejor el valor del consumo de luz en las residencias.