Izquierda. Partidarios del oficialismo salieron ayer para apoyar a Lula.

Dos equipos pelean en la cancha

Miles de brasileños se manifestaban ayer a favor de la presidenta Dilma Rousseff y de su flamante ministro Luiz Inacio Lula da Silva, blancos de una embestida política y judicial que pone en riesgo la permanencia de la izquierda en el poder del país. <

Miles de brasileños se manifestaban ayer a favor de la presidenta Dilma Rousseff y de su flamante ministro Luiz Inacio Lula da Silva, blancos de una embestida política y judicial que pone en riesgo la permanencia de la izquierda en el poder del país.

Las calles de Sao Paulo, Río de Janeiro, Brasilia y varias ciudades del noreste, bastión de Lula, comenzaban a llenarse de simpatizantes oficialistas que portaban banderas rojas del Partido de los Trabajadores (PT) y pancartas de apoyo a Rousseff. “¡No al golpe!”, gritaban en referencia al proceso de destitución de Rousseff que ya está siendo debatido en la Cámara de Diputados.

La izquierda buscó hacer su propia demostración de fuerza, después de la impresionante movilización de tres millones de brasileños que el domingo pasado reclamaron la renuncia de Rousseff.

“¡Lula, guerrero del pueblo brasilero!”, coreaban los manifestantes en la avenida Paulista, en pleno centro financiero de Sao Paulo, pocas horas después de que la policía desalojara con chorros de agua y bombas de ruido a unos 150 opositores que ocupaban la vía.

La polarización de la sociedad brasileña crea temores de incidentes. “No creo que el gobierno caiga, pero si eso ocurre va a haber violencia en las calles. No es posible invalidar los votos de 54 millones de brasileños por un millón que salga a la Paulista”, dijo Joao Francisco Brum, un abogado de 30 años.

Al menos 6.000 personas marcharon en Salvador de Bahía y unos 3.000 en Maceió.

La crisis política que azota a Brasil y la recesión económica opacaron la imagen de un país emergente pujante, deseoso de celebrar sus conquistas en los Juegos Olímpicos de Río en agosto próximo. AFP