
Dieta del grupo sanguineo una ’moda’ de cuidado
El número de dietas va en aumento en los últimos años. Al menos diez son las más conocidas. Todas tienen sus pros y sus contras, según los entendidos en nutrición. En el mundo de la alimentación, lo que funciona para unos, puede que no dé iguales resultados para otros, pues cada individuo tiene requerimientos específicos, según su edad, sexo y actividad.
En años recientes, a la proliferación de las dietas para bajar de peso y mantenerse saludable, se ha sumado una que se basa en nutrirse de acuerdo con el tipo sanguíneo.
Esta forma de alimentarse creada por el Dr. Peter J. D’Adamo, doctorado en naturopatía, ha llamado la atención porque no solo promete perder peso, sino mantenerse libre de enfermedades.
Según sus defensores, cada grupo sanguíneo (O, A, B y AB) debe tener un tipo de nutrición, características particulares e incluso determinada clase de actividad física.
Para la nutricionista Susy Corral, esta tendencia se dio a conocer en 2012 en el mundo y se ha tomado como referente para bajar de peso rápidamente. No obstante, los expertos despejan dudas con relación a ella y advierten que no hay base científica para asegurar que cada tipo de sangre deba alimentarse de una manera específica.
Sin base científica
Si es una dieta que ha resultado beneficiosa para muchos de los pacientes del doctor D’Adamo, ¿entonces es cierto lo que dice? Para Onay Mercader, máster en Nutrición, esta no tiene estudios ni base científica que la sustente y dice que el naturópata solo hablaba de preferencias, mas no de lo que se debe comer. Incluso indica que personas con el mismo grupo sanguíneo que la sigan no necesariamente responderán igual, ya que cada organismo tiene una fisiología diferente.
“Puede ser que a un grupo A o B se le diga qué debe consumir o que van mejor con ellos las frutas, cereales y legumbres e incluso la leche, y resulta que en el mismo grupo hay intolerantes a la lactosa o celíacos (intolerantes al gluten). Entonces estos van a tener problemas”, indica.
La nutricionista y dietista Priscilla Morán descarta que la nutrición tenga que ver con el grupo sanguíneo al que pertenece una persona, pues aquello significaría que todos estaríamos llevando una dieta equivocada al consumir alimentos inadecuados para nuestro organismo.
Las lectinas tienen que ver
Tras décadas de investigación, los naturópatas James y Peter D’Adamo (padre e hijo) han estudiado la relación entre la alimentación y el tipo de sangre. Esta se basa en un plan de alimentación diseñado y publicado en el libro ‘Eat right for your type’ (‘Coma correctamente según su grupo sanguíneo’), publicado en EE. UU. en 1996, el cual se convirtió en un best seller del New York Times y se ha traducido a más de 65 lenguas. Este doctor asegura que existen alimentos específicos que son beneficiosos, nocivos o neutros para cada persona, según su tipo de sangre.
¿Pero a qué se debe esto? El experto naturópata revela en su libro que esto se da porque entre los alimentos y la sangre se produce una reacción química por un factor conocido como lectina. Según el texto, estas son proteínas abundantes y diversas que se encuentran en los alimentos y tienen propiedades aglutinantes que afectan la sangre.
D’Adamo sostiene que si estas no son compatibles con el antígeno (sustancia que al introducirse en el organismo induce en este una respuesta inmunitaria, provocando la formación de anticuerpos), las lectinas atacan a un órgano o sistema orgánico. Hasta ahora, con base en esta teoría, el hematólogo Richard León indica que no existe una prueba científica que destaque esto, que lo ratifique. “Lo que se suele hacer es un examen inmunitario (de sangre) para saber si la persona posee algún tipo de intolerancia a algún alimento”, agrega.
Características de la dieta
- Sangre tipo O: Son carnívoros con aparato intestinal fuerte y necesitan comer proteínas animales diariamente. Son propensos a tener dolencias gástricas como úlceras y gastritis, debido a su alta producción de jugos gástricos. Alimentación con frutas, verduras y carnes magras. Eliminar trigo, maíz, cereales y gaseosas. Practicar deportes con intenso esfuerzo físico.
- Sangre tipo A: Son vegetarianos con aparato intestinal sensible y tienen dificultades para digerir proteínas de origen animal, pues su producción de jugo gástrico es más limitada. Frutas, cereales, legumbres y verduras deben ingerir. Evitar consumo de leche y lácteos. Practicar bicicleta, natación, taichí.
- Sangre tipo B: Pueden tolerar dietas más variadas y es el único tipo de sangre que tolera bien los lácteos en general. Ingerir frutas, hortalizas y carnes magras en equilibrio. No se recomiendan los cangrejos, mejillones. Pue-den practicar natación, yoga.
- Sangre tipo AB: Dieta equilibrada conteniendo un poco de todo. Pueden consumir pescado. Evitar cangrejos, langostas, ostras. Eliminar los encurtidos. Realizar actividad física de esfuerzo moderado.
Clasificación de alimentos
- Beneficiosos: Desarrollan un papel nutricional óptimo en cada grupo. Son aquellos que tienen más antioxidantes y anticancerígenos.
- Neutros: Tienen un papel estrictamente nutritivo.
- Desaconsejados: Estos alimentos son los que contienen sustancias no digeribles para los individuos de un determinado grupo debido a sus lectinas específicas, las cuales provocan una reacción en el organismo, que los aglutina, para luego eliminarlos.
Una más de la lista
La nutricionista Cristina Bajaña explica que esta es una dieta que se basa mucho en el tipo de sangre predominante de las épocas ancestrales y en la alimentación que llevaron para lograr sobrevivir y evolucionar, según su investigación. Lo que no le gusta de esta dieta, que para ella es otra en la lista, es que restringe y elimina ciertos grupos de alimentos, lo cual, a su criterio, no es bueno porque se puede propiciar la deficiencia de ciertos nutrientes en el organismo. La experta sostiene que las dietas (cualquiera que estas sean) pueden ser efectivas, pero no necesariamente saludables. “Si elimino por completo un grupo de alimentos voy a generar un desequilibrio hormonal. Por ejemplo, si eliminara los carbohidratos generaría alteración en los niveles de insulina y se puede generar resistencia a esta, hipoglucemia (niveles de glucosa muy bajos en la sangre), y entonces se empieza a perder peso, pero no en grasa sino en músculo”, recalca.
No hay porciones
La nutricionista María Paula Bustamante dice que no se habla de porciones ni de cómo preparar los alimentos que se recomiendan, un punto muy importante, pues con las proporciones se puede equilibrar la cantidad de nutrientes que necesita cada persona. Bustamante indica que no es recomendable dar la misma dieta a los niños (aunque sean de su mismo tipo de sangre) porque ellos tienen requerimientos distintos y están en etapa de crecimiento.
¿Por qué funciona?
En la mayoría de los grupos, la dieta se basa en frutas y vegetales y no se diferencia mucho de cualquier dieta normal, indican los expertos. Por ello ha sido utilizada para bajar de peso. El hecho de que funcione se basa en que se dejan de lado las grasas y se eliminan los azúcares y la comida chatarra. “Si se empieza a comer frutas y verduras y carnes magras, es lógico que se va a conseguir salud y perder peso”, dice Bajaña. Pero si se siguiese estrictamente la propuesta del grupo sanguíneo, se puede dar una baja brusca de peso y afectar la salud porque se eliminan ciertos grupos de alimentos. “Si así se actúa, se podría dar lugar al temido efecto rebote”, advierte la experta.
Tenga mucho cuidado
Aunque muchas personas la han puesto en práctica, la nutricionista Susy Corral dice que quien quiera seguir cualquier tipo de dieta debe buscar asesoría nutricional para que se le practique una evaluación completa sobre la base de sus necesidades.
Lo que una persona debe tomar siempre en consideración antes de emprender determinado régimen alimenticio es que las dietas no son generales, es decir que una sola dieta no puede beneficiar a todos, ni tampoco perjudicar a todos.
Corral considera que uno de los grandes inconvenientes de ese régimen es que entre las personas que tienen un determinado grupo sanguíneo, pueden existir muchas que sean diabéticas, hipertensas, o que sufran problemas renales, padecimientos que demandan de una cuidada alimentación.
Además, la experta añade que en el régimen alimenticio del doctor D’Adamo no se incluye la edad, la resistencia muscular ni la densidad ósea de la persona.
Evaluar al paciente, la base de una dieta
Si bien la dieta ha sido más que todo utilizada para bajar de peso, la naturista Sandra Mercado, ferviente seguidora de la alimentación natural, es más cauta al respecto y enfatiza que aunque el libro dé ciertas pautas, el paciente debe ser evaluado de acuerdo con sus necesidades, estado físico e interno, entre otros aspectos.
La experta dice que la dieta llamada por algunos ‘milagrosa’ no es la panacea, sino parte de un estudio de un naturópata que logró poner sus conocimientos en un texto en el que indica qué alimentos son recomendables y qué otros no.
En su caso, como naturista, ella puede tomar ciertas indicaciones de esta dieta, pero siempre y cuando haga un examen biomagnético a sus pacientes, a través del cual mide las carencias de cada uno según su peso, estatura, edad y actividad.
Esta prueba llamada resonancia magnética cuántica, que se realiza sujetando una especie de objeto metálico que se lleva al pecho (sin tener prendas metálicas puestas), se usa para medir, predecir y prevenir enfermedades.
“Este es un estudio científico completo de lo que necesita cada paciente. Con este examen identifico dentro de la nutrición los oligoelementos y vitaminas que se necesitan”, concluye.