La deuda publica se apoya en tres pilares

La deuda pública crece y se concentra en pocas manos. A febrero de este año, Ecuador sumó 34.343 millones de dólares en compromisos por pagar. De ese monto, cerca del 54 % corresponde a tres acreedores.

¿Quiénes son? China, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). Juntos suman cerca de 18.800 millones de dólares.

El IESS, según la Subsecretaría de Financiamiento Público, tiene un cobro pendiente de 762 millones de dólares por deuda pública con “Entidades del Estado”. A eso se suman unos 7.500 millones en bonos estatales que adquirió el Seguro Social.

Las autoridades del IESS defienden la compra porque, según ellos, los bonos son confiables y el Gobierno no registra atrasos en el pago. Richard Espinosa, presidente del Directorio del instituto, ha destacado la rentabilidad que generan los papeles públicos.

Luis Fernando Torres, asambleísta por la Cambio-PSC, no está tan convencido. Él recordó que la reforma laboral, en vigencia desde ayer, permite que el Banco del IESS obtenga más recursos del Seguro Social para comprar bonos. A sus ojos, no es sano que el banco del afiliado se llene de papeles.

Otro de los grandes acreedores es el Banco Interamericano. Hasta el mes pasado, según datos del Ministerio de Finanzas, el multilateral prestó 4.190,9 millones de dólares. La mayoría está atada a la ejecución de proyectos concretos.

Una parte importante de los préstamos del BID surgieron en el último año. Durante 2015, y los primeros meses de 2016, el saldo subió 1.145 millones de dólares. En total, Ecuador tiene compromisos por 8.058 millones de dólares con entidades como el BID y la CAF (ver cuadro).

La tercera parte fuerte de la mesa de haberes es China. El gigante asiático es el país que más dinero ha inyectado en la economía ecuatoriana: 6.394,6 millones de dólares, según el último dato gubernamental. Es decir, 18,6 % de toda la deuda del país.

Tal como informó EXPRESO, ayer, China tiene recursos en proyectos específicos –como la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair– y en créditos de libre disponibilidad. Pese a los elevados montos, el Gobierno continúa contrayendo deuda con Pekín. En febrero, por ejemplo, se suscribió un convenio de hasta 198 millones para financiar la primera fase de la Ciudad del Conocimiento Yachay.