Desigualdad y tecnologia
Hoy se cuestiona el aumento de la desigualdad en el mundo. En China, país socialista, hay aumento de desigualdad. Para quienes reclaman, los culpables son los ricos, por no pagar suficientes impuestos. En teoría parecería la respuesta. Pero primero hay que preguntarse ¿por qué hay ricos? La mayoría no nació en cuna dorada, no en Ecuador, Estados Unidos o China. En los países del Primer Mundo surgen por inventos de bienes y servicios. Ejemplo: redes sociales en Internet. Quienes inventaron Facebook, Twitter, Whatsup, Linkedin y muchas otras, fueron jóvenes sin recursos.
Así lo hizo la generación anterior, con Microsoft, Apple, Yahoo, Dell, etc. Tuvo una idea y la hizo realidad por vivir en un país de libertad económica y existir una infraestructura para conseguir financiación a través de empresas que invierten en capital semilla.
¿Qué culpa tienen los fundadores de ser millardarios? Todos los jóvenes de su edad tenían la oportunidad de hacer lo mismo y no lo efectuaron, no porque los que surgieron fueron universitarios, no todos estudiaron universidad. Este Gobierno, que se ufana de ser crítico del sistema económico estadounidense, usa todos los inventos capitalistas; los funcionarios deben ser los mayores tuiteros del país. Usan la Internet y computadoras que también surgieron de emprendedores que no tenían recursos. La Internet fue inventada por Darpa (empresa del Pentágono), pero todas las aplicaciones son creaciones de jóvenes emprendedores. En China, ¿qué culpa tienen los fundadores de empresas con capitalización en millardos de dólares: Alibaba (210), Baidu (55), JD.Com (31), NetEase (26), etc.? En Ecuador, guardando las proporciones, también hay empresas que surgieron de la nada y hoy sus dueños son ricos, y lo merecen.
¿Debe concluirse que la tecnología y las ideas son culpables de la desigualdad? Entonces para acabarla habría que frenar la creación de ideas. El mundo regresaría a la era pre Revolución Industrial, donde la igualdad prevalecía, pero la esperanza de vida era 35 años. Los culpables son los gobiernos por no usar eficientemente los impuestos recaudados.
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