Sin prisa y aletargados. Algunos, incluso, a punto de arrepentirse. Momentos previos al cierre de inscripciones, la Delegación Electoral de Guayas presenció lo que no vivió en semanas: precandidatos agolpados, discusiones de último momento y salidas constantes del recinto para completar la documentación.

Muestra de ello fue un grupo nutrido de precandidatos del Partido Socialista Ecuatoriano que, a 17 minutos de que termine el periodo, acudieron a registrarse para la Alcaldía y concejalías de Nobol. “A las seis (de la tarde) se cierra todo”, advertía el único guardia que resguardaba las 11 mesas de apoyo armadas por el Consejo Nacional Electoral.

De inmediato, algunos de los aspirantes se enfilaron para esperar su turno, mientras otros (que lograron conseguir asientos) formaban un círculo. “Nadie se me baja de la camioneta”, dijo uno de ellas rompiendo el bullicio del lugar y empezando una discusión que terminó con un “me hacen perder plata en copias por gusto”.

A pocos metros de la disputa, la ya inscrita aspirante a la Alcaldía de Milagro (por Democracia Sí) Ana Márquez decía con altivez que sus candidatos “sí son unidos” y que si estaban en la Delegación era porque “un grupo anterior no quería renunciar” para ubicar a los suyos en la papeleta.

Ante el altercado, uno de los funcionarios de las mesas de apoyo salió y, cinco minutos antes del cierre, indicó que “el sello de la Junta Electoral es más importante que la firma de actas”. Al instante, sin hacer preguntas, todos se movilizaron (a paso lento) al auditorio donde estaban sus miembros.

“Eso es todo lo que les puedo decir”, fue lo último que alcanzaron a escuchar los precandidatos de ambos partidos cuando el secretario de la Junta, Armando Ortega, se marchaba por una de las puertas laterales del auditorio.

Casi de inmediato, mientras los precandidatos aún digerían la idea que no haberse inscrito, por una puerta posterior al atril salió una fila de funcionarios con folios, impresoras y otros artículos de oficina. “Ya son más de las 18:00”, explicaron.

El temor se confirmó. “¿No alcanzamos a inscribirnos?”, le cuestionó una de las aspirantes a concejal de Milagro a la postulante a alcaldesa Ana Márquez. A la par, los del Partido Socialista intentaron calmarse indicando que “nuestra documentación ya está allá (haciendo referencia a las mesas de apoyo)”, pero sin reparos los demás precandidatos decían: “Recién nos avisan esto del sello, no es justo”.

Para las 18:10 quedó vacío el auditorio donde por un mes sesionó la Junta Electoral. Entre las quejas y reclamos de los precandidatos, en el fondo se escuchaba el murmullo de una conversación en los exteriores del auditorio. Era el director Gamboa hablando con un grupo de funcionarios, entre ellos Jorge Cabezas Cadena, miembro de la Junta.

Al percatarse de eso, los precandidatos fueron al acecho de Gamboa y de Cabezas. Sin embargo, para disimular la agitación, solo uno de ellos se acercó y les dijo: “La Junta se fue, pero nosotros ya estábamos aquí”. Con una sonrisa esquiva, Gamboa respondió: “Yo no tengo nada que ver, la delegación es aparte de la Junta”.

Antes que repliquen los partidos, Cabezas interrumpió y señaló que “nosotros estuvimos instalados todo el día, recién recorrimos el recinto y en la puerta de la delegación dimos por finalizado el proceso”. Sin solución alguna, Gamboa ingresó a la delegación, la Junta se terminó de ir y varios precandidatos quedaron sin ser oficializados.