El desafío de la nueva Asamblea Nacional
Los escenarios a los que se enfrentan los bloques del próximo Legislativo, que tiene entre sus manos un primer reto: la elección de sus autoridades
Escenarios, muchos. Probables, pocos. Efectivo, uno. La próxima Asamblea Nacional se enfrenta a un primer gran reto que definirá su ejercicio en los próximos meses y si se consolida en los próximos años. La elección de sus autoridades es la primera decisión del nuevo Legislativo que deberá sesionar el próximo 14 de mayo, según dicta la ley. Fragmentada como está, ninguna de las bancadas legislativas tiene por sí sola los ansiados 70 votos para elegir al presidente (a), los dos vicepresidentes (as) y los vocales del Consejo de Administración Legislativa.
Es por ello que pactar, dialogar, conversar, acordar o como le quieran llamar es el camino y aquí surgen los escenarios probables y lógicos que, en base a las cifras, las posturas, cercanías políticas y coyunturas, podrían marcar el inicio del nuevo período legislativo (ver gráfico), pero no todos los panoramas tienen el camino expedito.
Santiago Cahuasquí, analista político, ve factible aunque aún endeble que las bancadas de Pachakutik, Izquierda Democrática, Partido Social Cristiano y Creando Oportunidades (CREO) encuentren puntos de coincidencia en los rostros que deben encabezar la Función Legislativa para los próximos dos años, relegando al grupo de legisladores de la Unión por la Esperanza (UNES), que aglutina a los correístas. “En este nuevo mapa político creo que (Guillermo) Lasso está tratando de ensayar una fuerza política que le permita dejar excluido al correísmo de la participación de cargos en la Asamblea. Eso es muy factible dentro de este eslogan de un encuentro de la reconciliación de todos los sectores a excepción del correísmo”, reconoce el analista, quien cree que el hipotético escenario tomará fuerza en el eventual caso de que Guillermo Lasso gane la Presidencia.
La Asamblea Nacional necesita un baño de verdad, ya que el país está colapsado y al pueblo le urgen alianzas políticas para construir un mejor futuro.
Ahora, no descarta otras opciones como que UNES tiente a la bancada de Pachakutik, con la que tiene puntos en común como la derogatoria de la Ley de Apoyo Humanitario para Combatir la Crisis Sanitaria, pero este camino tiene un obstáculo: el acuerdo legislativo previo de la lista 18 con la Izquierda Democrática y que sus personeros se han mostrado renuentes a un acuerdo con el bloque correísta dentro del próximo Legislativo.
El correísmo, ante estos escenarios, tiene otras dos opciones. Una es aliarse con el Partido Social Cristiano y las minorías. ¿Descabellado? Para Cahuasquí no suena nada descabellado, tomando en cuenta que ambas tendencias han encontrado más de un punto en común durante el período legislativo que está por concluir. Y cabe recordar que el pacto electoral del socialcristianismo con CREO no tiene un alcance legislativo. El otro, aglutinar a las minorías y fragmentar a las otras bancadas captando un poco de voluntades de cada una para llegar a los 70 votos. “Es un tanto difícil en términos numéricos. Más cerca le veo al correísmo teniendo una política de cooptación para lograr una mayoría que en una política de entendimiento respetuoso. La tradición del correísmo es de reducir las fuerzas como principal instrumento en lo electoral como en lo social”.
Esta lectura de la configuración de fuerzas en la próxima Asamblea Nacional no puede hacerse por fuera de la elección de la segunda vuelta.
El exasesor legislativo y jurista, Ricardo Ponce, ve poco probable este último escenario, por lo menos en esta primera sesión. Se inclina más por una coalición entre UNES y Pachakutik. “La postura de Pachakutik descarta una eventual alianza legislativa con CREO... Dejando el camino libre a una futura alianza con UNES, lo que daría un número representativo de legisladores. Y si a esa representación le sumamos el abono de las minorías sería una alianza interesante”. Realmente bastante interesante y holgada de más de 80 voluntades no solo para elegir autoridades internas, sino también para conformar las comisiones legislativas.
Sin duda, cualquiera de los dos finalistas para la Presidencia que gane las elecciones tiene un panorama poco alentador no solo en lo económico, también en lo político que lo obligará a pactar con las diferentes fuerzas en la Asamblea para la aprobación de leyes, del presupuesto general del Estado, incluso para cumplir promesas de campaña que deberán pasar por el voto de los legisladores. Para muestra, la accidentada relación entre el presidente Lenín Moreno y el actual Legislativo.
La muerte cruzada, mecanismo contemplado en la Constitución, no deja de ser una carta en la baraja del presidente que puede jugar si el Legislativo, por ejemplo, “de forma reiterada e injustificada obstruye la ejecución del Plan Nacional de Desarrollo”. Todo puede pasar.
Tres provincias aún no asignan escaños
Esmeraldas, Manabí y Los Ríos son las provincias que restan por asignar escaños y conocer quiénes son los legisladores que los representarán en la próxima Asamblea Nacional, según información proporcionada por el Consejo Nacional Electoral a este Diario.
A esta se suma la lista nacional que, pese a contar con resultados oficiales, aún no puede asignarse escaños. El procedimiento dicta que el Consejo Nacional Electoral y las diferentes Juntas Provinciales Electorales deben esperar a que se evacuen todos los recursos legales pendientes y que el Tribunal Contencioso Electoral certifique que ya no existen procesos abiertos en esta dependencia para pasar a proclamar oficialmente los resultados y asignar los escaños correspondientes.
El resto de provincias junto a las tres circunscripciones del exterior ya tiene asambleístas electos.
