“Casi que soy morlaco. Sueño con esta paz, tranquilidad, la amabilidad de su gente y de los sitios que uno puede disfrutar”, Así se expresó el guayaquileño Jorge Cedeño, quien estuvo acompañado de su esposa y uno de sus hijos durante su visita a Cuenca, ciudad que conmemora hoy 203 años de Independencia. El guayaco asegura que no se pierde de ningún descanso ni feriado para venir a Cuenca. Ahora más, por sus fiestas, tras reconocer que las visitas y recorridos por la capital azuaya son una costumbre. “Se trata de una urbe donde se puede transitar, ahora sin miedo, distinto a lo que ocurre en otras ciudades, principalmente en la costa”, adujo el visitante del cantón Samborondón.

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Igual a la opinión de Cedeño, Rosa Ramón, turista de Machala, sostiene que a la Atenas del Ecuador no la cambiará con ninguna otra urbe. “Estoy casi por decidirme a vivir acá. Sus edificación y atractivos naturales me encantan. La playa muy poco”, decía la orense precisando que dos o cuatro días son muy poco como para conocer la ciudad en medio de la rica y tradicional gastronomía. Rosa recorría los íconos turísticos patrimoniales junto a su hermana Juana, su cuñado Esteban y un amigo de la familia.

Jorge y Rosa son parte del grupo de guayacos y machaleños, principales consumidores del turismo azuayo, pues junto a lojanos y algunos quiteños, en menor cantidad, representan el 80 por ciento de los visitantes en feriados, sostiene Juan Pablo Vanegas, presidente de la Cámara Provincial de Turismo del Azuay.

La preferencia se debe a que la ciudad ofrece tranquilidad, lugares turísticos y gastronómicos, coincidieron en señalar tanto los visitantes como Vanegas.

Cuenca dentro de su agenda festiva con algo más de 400 eventos presentó este jueves 2 de noviembre la creatividad y el talento aflorados en los objetos creados a mano por artesanos de América, reunidos en la vigésimo primera edición del Festival de Artesanías de América y que se ubican a los largo del Barranco del río Tomebamba. Estarán hasta el cuatro de noviembre. Son 160 artífices de Colombia, Perú, Bolivia, Chile, Uruguay, El Salvador y Guatemala, y como invitado, India.

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En el recorrido por la feria, los foráneos admiraron un pesebre artesanal, el más grande de Latinoamérica, expuesto en la Catedral Vieja y que este año coincidió con las festividades novembrinas.

Es una obra artística temporal montada con unas 600 figuras de cerámica, italianas y españolas, diseñadas con movimiento electrónico y otras 1.500 estáticas, en un espacio de 270 metros cuadrados. Se convirtió en el principal atractivo de las fiestas.

Para las horas de la noche estuvo previsto, desde las 18:00, en cuatro puntos y a lo largo de la avenida Huayna Cápac el desarrollo del tradicional ‘Huaynacapazo’ al ritmo de las orquestas The Latin Brothers, Jimmy Sosa, La Sonora Dinamita y Orquesta Adolescentes, que se ubicarán en cuatro tarimas.

Hasta este jueves 2 de noviembre del 2023 el 85 por ciento de la capacidad hotelera estuvo ocupado y se aspira a llenar al 100 por ciento.

CEMENTERIO CON CÓDIGOS QR

Fue una noche algo fría en la que centenares de personas, por tradición, visitaron el Cementerio Patrimonial de Cuenca con motivo del Día de los Difuntos. Con una misa cerca de la medianoche del 1 de noviembre, a más de las oraciones por las almas de los fallecidos, se oficializó el sistema de código QR colocado en la base de unas 300 tumbas de los personajes ilustres de Cuenca.

Es la historia misma de Cuenca. Su identidad y recuerdos guardados en un mismo espacio y rodeado de una arquitectura que data del año 1800. Encierra el significado espiritual de la muerte, se relató durante el acto protocolario.

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El camposanto se encamina así a convertirse en ‘Cementerio Museo’. Está ubicado al este de la ciudad, donde se divide la urbe antigua y la Cuenca moderna y cuenta con iconografía, monumentos, estatuas e imágenes que reflejan la tradición funeraria de los cuencanos. Tras la declaratoria de ‘Cementerio Museo’ se seguirá prestando los servicios de entierro de cadáveres.

En este lugar confluyen distintas manifestaciones culturales, ornamentales, religiosas, espirituales e históricas que van de la mano con el arte, los oficios antiguos como talladores de madera, mármol forja reflejadas en las lápidas y nichos, como legado de los cuencanos.

Es así como este Día de los Difuntos, decenas de personas, se sumaron a visitar el camposanto por turismo, mientras para otros se convirtió en el sitio de encuentro y de recuerdos con sus parientes y amigos, en un día dedicado a los seres que ya no están en este mundo.

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