“Es una ciudad muy religiosa y espiritual, convida paz y armonía”, coincidieron en expresar varios de los turistas que el Viernes Santo visitaron a Cuenca con motivo del feriado de Semana Santa.

“Llegamos haciendo un serie de peripecias, pues las vías están destrozadas por efectos del invierno”, sostuvo Wilson Vega, un manabita que junto a su familia decidió pasar el feriado en la capital Azuaya.

A los dos grupos de familias se sumó la colombiana Martha Romero, su esposo y tres hijos. Ellos contaron que habían viajado en avión desde sus país, para conocer la histórica Cuenca religiosa y espiritual. Al recorrer la urbe, descifraron que al Centro Histórico de la capital azuaya también lo conocen como el “Pequeño Vaticano”, pues en la casco histórico se hallan 17 iglesias, dos de ellas catedrales, en similitud con la Santa Sede.

Una de las catedrales, la llamada “Vieja”, es decir la más antigua, fue convertida en Museo de Arte Religioso en 1999. La edificaron en 1567 y dentro de ella están expuestas reliquias religiosas, como figuras escultóricas de los siglos 18, 19 y 20, de los artistas Miguel Vélez y Gaspar Sangurima, junto a pinturas de Daniel Alvarado y Nicolás Henríquez.

El arte y objetos como el primer órgano de fuelle (aditamento que genera viento) maravillaron a los visitantes que recorrieron a pie y en buses abiertos a la urbe azuaya.