En Ecuador no es la primera vez que un político acude a una Embajada cuando es llamado a enfrentarse a la justicia, especialmente a la mexicana. Una modalidad que se ha visto desde el año 2019, cuando se iniciaron investigaciones contra exservidores correístas.  

Por ejemplo: Gabriela Rivadeneira, expresidenta de la Asamblea Nacional en el mandato de Rafael Correa y los legisladores Soledad Buendía, Edwin Jarrín, Carlos Viteri Gualinga; junto a Tania Pauker, esposa de este último y quién fue consejera de Participación Ciudadana en 2017 se refugiaron en este lugar en noviembre de 2019 tras la detención de Paola Pabón (hoy prefecta de Pichincha) y Virgilio Hernández (exconsejero de gobierno), acusados de rebelión en las violentas manifestaciones durante el paro indígena.

Dos meses después, Buendía, Viteri  y Rivadeneira abandonaron el país, en medio de las investigaciones realizadas por el régimen de Lenín Moreno por las protestas indígenas. 

Sin embargo el caso más reciente fue el dado en marzo de 2023, cuando la exministra de Transporte y Obras Públicas (también del correísmo), María de los Ángeles Duarte, estuvo casi por tres años pero en la Embajada de Argentina, el fin era evitar una condena de ocho años de prisión por el caso Sobornos. 

Ese acto generó un impase entre la diplomacia de Argentina y Ecuador, pues salió de la edificación con ayuda de funcionarios de ese país. Lo que provocó que se declare persona no grata al embajador argentino en Quito, Gabriel Fuks, y se le pidió retirarse del país. También se llamó a consulta a su representante en Buenos Aires, Xavier Monge.

Y en las últimas horas, La Cancillería de Ecuador confirmó que el exvicepresidente Jorge Glas ingresó a la Embajada de México en Quito. Luego de que la Fiscalía General del Estado, emita una orden de localización e inmovilización por el presunto delito de peculado por la reconstrucción de Manabí, tras el terremoto de 2016.

Para el internacionalista Carlos Estarellas Velásquez, es inadmisible este tipo de comportamientos porque "sino el patucho Roberto, el gordo miguelito, yo que sé; cualquiera iría a la embajada y se pone como huésped, alguien que tiene cuentas con la justicia debe enfrentarla, lo lógico sería es que México diga que no". 

Estarellas Velásquez recuerda que el asilo es una institución que solo se da a los perseguidos bajo determinadas condiciones, no a las personas que deben responder a la ley. Por lo que considera que es "arbitrariedad" y que se deben respetar los acuerdos internacionales firmados. 

En tanto que, la internacionalista Irene Valencia recuerda los peligros de este tipo de hechos en donde se afecta a las buenas relaciones y cooperación internacional. "Las embajadas no deben violar los acuerdos firmados, no se debe involucrar en los asuntos internos. Hay que recordar lo que pasó con Argentina y la señora Duarte". 

Más noticias de calidad en el siguiente enlace.