Moradores de varios sectores de la urbe ven con buenos ojos la medida.

Continuan las sanciones por botar basura fuera de los horarios establecidos

Luego de las constantes quejas respecto a los ciudadanos que arrojan basura en horarios inadecuados o en sitios prohibidos, el Municipio de Guayaquil continúa los operativos que hace poco emprendió para identificar, a través del sistema Ojos de Águila,

Luego de las constantes quejas respecto a los ciudadanos que arrojan basura en horarios inadecuados o en sitios prohibidos, el Municipio de Guayaquil continúa los operativos que hace poco emprendió para identificar, a través del sistema Ojos de Águila, a los ciudadanos que lo hacen para aplicar sanciones.

Las multas son consideradas como leves ($ 77,20) por arrojar en la acera los desechos sin utilizar fundas plásticas; infracciones graves ($ 162,12), por formar hacinamientos de desechos sólidos no peligrosos en los parterres centrales y la vía pública, y muy graves ($ 482,50), por disponer desechos peligrosos dentro de los contenedores del servicio público de aseo.

Hoy los operativos se efectuaron en la ciudadela Martha de Roldós, ubicada en el norte de la ciudad, dónde el cúmulo de basura es constante, según lo ha constado EXPRESO algunas veces.

Para vecinos como Tatiana Soriano, quien habita en el sector, el hecho de que se emitan sanciones al incumplir la Ordenanza que Norma el Manejo de los Desechos Sólidos no Peligrosos Generados en el Cantón Guayaquil, es necesario. “Al fin la gente dejará de hacer lo que le da la gana. Al fin vamos a crecer como sociedad, es un pena que solo tocándoles el bolsillo se aprenda. Sin embargo, bienvenido sea”, dijo.

En Sauces VI, donde también es común este tipo de situaciones, ayer el Cabildo durante un operativo observó como una ciudadana desde un carro arrojaba dos fundas con desechos domésticos sobre la acera. Según precisó en un comunicado la entidad, esta infracción será notificada con ayuda de la Agencia de Tránsito Municipal (ATM), a través de la placa de su vehículo.

En otros vecindarios, como Sauces 1 y 2, además de El Cóndor y Los Álamos, todos del norte, los habitantes ven con buenos ojos la reciente disposición. En Los Álamos, por ejemplo, dice Cesar Cañote, residente, por años colocan la basura a cualquier hora del día, lo que evita incluso que se pueda comer tranquilo en los negocios del entorno.

“Algunas veces el olor es tan fuerte que supera cualquier olor a comida. Hasta para ir al trabajo, siento que llego oliendo a desechos. Me alegro de que esto pase. Solo así apuntaremos a tener cambios radicales”, precisa.