El mapa político se reconfiguraría en la próxima Asamblea Nacional con los resultados parciales de las votaciones de ayer. Con ello, partidos tradicionales como el Partido Social Cristiano (PSC) y la Izquierda Democrática quedarían sin el protagonismo de tiempo atrás.

En un análisis que realizó el Observatorio Legislativo de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo (FCD) a los datos cargados hasta la tarde-noche del mismo día del sufragio se lee dicho cambio.

Roger Celi, coordinador del observatorio, indica que identificaron tendencias que establecerían a las tres principales fuerzas que integrarían al próximo órgano legislativo: la Revolución Ciudadana en primer lugar, Construye en segundo lugar y la Alianza Democrática Nacional (ADN) en tercer lugar.

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“En ese sentido, se podría proyectar la asignación de escaños para asambleístas nacionales, serían siete para la Revolución Ciudadana, tres de Construye, dos de ADN, dos del Partido Social Cristiano (PSC) y uno de Actuemos”, esboza.

“Tendríamos posiblemente una asamblea con tres fuerzas medianas y un par de fuerzas pequeñas”. En el análisis más particular, Celi presenta la lectura sobre Guayas y Pichincha, otroras bastiones del PSC y de la ID, en ese mismo orden.

Según la proyección, en Guayas, la RC obtendría nueve asambleístas; cuatro, el PSC; cuatro, Construye y tres para ADN. Y en Pichincha, seis para la RC, seis a favor de Construye y cuatro para ADN.

“En Guayas, uno de los motivos está relacionado con cómo termina la administración de Cynthia Viteri, lo cual hace que gane el candidato correísta. En segundo lugar, las seccionales del PSC es un golpe no solo electoral de liderazgo y representación. En tercer lugar es notorio que hay más presencia en territorio de otras organizaciones políticas”, refiere el directivo del observatorio.

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En el caso de Pichincha, en cambio, Celi dice que Construye logró llenar el vacío que ha dejado la ID que no pudo resolver sus líos internos, además de CREO. También cita el efecto del luto generado por el asesinato de Fernando Villavicencio.

El analista político Gabriel Hidalgo difiere un poco en la relación de lo local con lo nacional. No obstante, el especialista ahonda en la conducta del electorado que podría explicarse con un rechazo al quehacer de la política, de las agrupaciones o cuadros tradicionales.

“Las organizaciones políticas pierden espacio porque son los políticos tradicionales que pierden espacio. Es un fenómeno global. La política como actividad restringida a un pequeño grupo de personas está en repliegue. Ya no es lo que era hace algunas décadas, cuando el político era el abogado, el periodista. Cada vez la gente desdeña la política. Entonces la gente escoge a personas con otro tipo de atributos”, perfila Hidalgo.

Los analistas refieren también otros fenómenos hallados en el análisis a los datos de las votaciones, que deberían dejar lecciones en las organizaciones políticas, como la conducta de una parte del electorado que escogió determinada lista de asambleístas nacionales y un binomio presidencial contrario a ese listado.

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“Hubo gente que votó por la lista de asambleístas de la Revolución Ciudadana, presidida por Pierina Correa, y hubo gente que votó por Construye, pero no por sus candidatos presidenciales. Pierina saca casi el 42% y Luisa González el 33%, más o menos, 900 mil personas de diferencia”, señala César Luis Barthelotti. Y analizando este tipo de fenómeno, pero desde la otra orilla, el analista cita el caso de Daniel Noboa. El doble de personas votó por él que por su lista de asambleístas.

Para el experto eso podría tener la siguiente explicación: que el candidato por ADN tiene un voto propio, incluso atrayendo a simpatizantes de otras organizaciones políticas. “Entonces, este endoso de votos presidencial queda nuevamente en evidencia que no existe”, agrega en analista político.

Tomando en cuenta la reconfiguración de las fuerzas políticas, ¿qué efectos podría tener sobre la gobernabilidad del próximo mandatario?

Roger Celi, coordinador del Observatorio Legislativo de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo (FCD), cree que con la reducción de las fuerzas políticas en la Asamblea podría mejorar la gobernabilidad, a diferencia del escenario que vivió el presidente Guillermo Lasso con el legislativo que cesó a través de la figura conocida como muerte cruzada.

“La reducción es significativa (de aproximadamente 18 organizaciones políticas a unas seis). De tres tercios se reduce a un tercio y sobre todo creo que va a haber menos legisladores independientes, porque hay menos espacios en los cuales participar por lo cual habrá menos legisladores independientes”, explica el directivo.

Él recuerda, a manera de anécdota, cómo movimientos y partidos políticos tenían menos de tres o un legislador, en el período pasado. Eso generaba las denominadas mayorías móviles.

Entre los retos de la nueva asamblea está mejorar el rendimiento de crear o modificar leyes sobre temas vinculados con seguridad ciudadana, la lucha contra la violencia de género, la cobertura sanitaria, entre otros tópicos, sin mencionar el cambio de imagen a causa de una serie de escándalos.