Un tono melodioso y suave de un cununo revive el interés del auditorio. Suena pocos segundos y el ritmo toma una fuerza vigorosa gracias al acompañamiento de otros instrumentos como el bombo y la marimba. A la par, un grupo de jóvenes aparece en el escenario con trajes floridos, sonrisa amplia y entusiasmo vivo. Danzan rápido, dan volteretas ensayadas y una lluvia de aplausos los festeja.

Con esta participación del grupo Chonta, Cuero y Bomba, se reafirma la belleza artística y cultural de la comunidad negra en Ecuador. La presentación da paso al Primer Encuentro Artístico de los afroecuatorianos en Guayaquil, que se celebró el el 31 de enero pasado en el Auditorio del Museo Municipal de Guayaquil.

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El evento es parte del festejo final del mes de la diáspora africana, por parte de las comunidades afros que se asientan en Guayaquil, con el objetivo de reivindicar la visibilidad del buen aporte "de un pueblo tradicionalmente marginado". Y para ello la programación contó con presentaciones artísticas y ponencias magistrales sobre cuándo y cómo apareció el negro en el país y el resalte de su valioso aporte a la sociedad.

"Las comunidades afros aspiramos a tener más oportunidades. Queremos sentar las bases donde las ideas y modelos educativos sean accesibles para que podamos prosperar más”, dijo Luisa Ortiz, lideresa de la cultura afro, impulsora de la etnoeducación en el país y una de la veintena de gestores culturales afros que se dieron cita en el auditorio.

La comunidad afro representa el 4 % de la población ecuatoriana y el 10 % de la guayaquileña.

Una cantidad significativa, sobre todo, porque de ahí el origen de muchos héroes de la ciudad como el capitán Damián Nájera o Juan de Dios Martínez, quienes tenía descendencia afro. Así lo contó el historiador y escritor Víctor Arellano en su ponencia, invitado especial, el mismo que destacó el valor histórico del afro en guerras y enfrentamiento a favor de Guayaquil.

El evento además contó con baile de la bomba (danza propia de la comunidad afro de la serranía) y de un desfile de modas de atuendos típicos afroecuatorianos, que son los vestigios, según explicó su diseñadora y también ponente del evento Norma Rodríguez, de los descendientes africanos que iniciaron su vestimenta con taparrabos de piel de animales.

 “La vestimenta es parte del convivir de cada pueblo, de cada etnia. Por eso la vestimenta de cada etnia permanece en el tiempo y evoluciona con cada renacer de la comunidad (…) Seguir dando a conocer estas prendas, así como el resto de nuestros instrumentos e historia afro, es nuestro deber para conservar nuestra riqueza”, detalló la diseñadora.

El pasado 24 de enero, por festejarse el Día Mundial de la Cultura Africana y de los Afrodescendientes, tal como lo estipuló la Unesco en 2019, se iniciaron las celebraciones de la comunidad afro en Ecuador, que cerró el miércoles 31 de enero de 2024 en museo de Guayaquil además con cánticos de arrullos y baile cultural entre gestores y visitantes al evento.

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