Imágenes de la película Enamorado de mi mujer.

Cine internacional se proyectara en Guayaquil y Quito

Supercines ha programado desde hoy hasta el 5 de diciembre un festival cinematográfico de primera calidad y con películas que emerge una reflexión.

Supercines ha programado desde hoy hasta el 5 de diciembre un festival cinematográfico de primera calidad y viendo sus películas emerge una reflexión: el cine actual, el popular, ¿qué testimonio dejará a las futuras generaciones? ¿Son aquellas cintas el reflejo de la historia que va escribiendo el siglo XXI? Diría que no en su totalidad.

El cine de antaño, visto hoy, muestra las penurias de la depresión económica de los años 30 (Viñas de la ira), el de los años 40 con la Segunda Guerra Mundial. Así, a través de las décadas, crearon los testimonios del pasado. Tal como lo mostró (irónicamente) Fernando Mieles con su Prometeo deportado, reflejo de un Ecuador que se fue.

Por ello, para dejarnos frente al espejo de la verdad y marcar nuestros días, quedan los festivales. Y este viene para mostrar al mundo de hoy con historias basadas en hechos reales, las que generan la política, los abusos sexuales, el amor otoñal, la lucha de la juventud por encontrar su camino, los anhelos de superación que tienen los seres humanos.

Sin más que añadir, aquí están cuatro de las películas que forman este Festival.

A ellas se suman El ojo del diablo (filme de terror) y Me llamo Gennett, largometraje español basado en la historia real de Gennett Corcuera, la única mujer sordo-ciega europea que ha logrado un título universitario.

Enamorado de mi mujer (Francia)

Daniel (Daniel Auteuil) se encuentra con su amigo Patrick (Gérard Depardieu), al que no veía hace tiempo, y lo invita a cenar a su casa, luchando contra la oposición de su cónyuge, Isabelle (Sandrine Kiberian). Este llega con su novia actual, Emma (una despampanante Adriana Ugarte), mucho más joven que ellos. Daniel empezará una fantasía sexual, mientras su mujer sospecha. La divertida comedia romántica actuada con increíble naturalidad, incluye escenas llenas de doble sentido, ágiles diálogos y una Ugarte que se convierte en ‘oscuro objeto del deseo’.

El clóset (República Dominicana)

El filme resultó ganador del Quinto Festival Internacional de Cine de Guayaquil (mejor película, actor y montaje). Con él, su director y guionista (Miguel Vásquez) sitúa en Ciudad de México a un sacerdote (Anthony Álvarez) que debe esconderse en el ‘walking closet’ de una familia adinerada, al saberse que intentó abusar de su pequeño hijo.

Una historia oculta cierra la trama de este largometraje que mantiene el interés, aunque el argumento se desarrolle a través de un solo intérprete y voces telefónicas.

Víctor y Celia (Francia)

Dos figuras prominentes del actual cine francés (Alice Belaide y Arthur Dupont) se unen a través de una película que es mezcla del frescor que emana de la juventud y la dureza de la vida. Víctor y Celia, tratada siempre con el énfasis de la comedia ligera, no olvida lo que acontece en el mundo actual: burocracia, amores reencontrados, peleas románticas, sueños, migrantes venezolanos, etc. Abogados e inversionistas que se unen al sueño de una pareja: tener su propio salón de belleza.

El reino (España)

Ganador de varios premios Goya: mejores actores (Antonio de la Torre, principal, y Luis Zahera, secundario), música original, sonido y montaje, el largometraje se convierte en thriller político. El reino refleja la falta de civismo y sinceridad, al mostrar el abandono en el que cae el miembro del partido fracasado por denuncias de la prensa.

El título queda por ser “el reino de la corrupción política imperante”. La secuencia del ‘culpable’ entrevistado en la televisión es de antología por su diálogo, la solidez mostrada y la forma en que lo dice. Dirige con excelencia Rodrigo Sorogoyen del Amo.

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