Un vínculo cada vez más visible. La política y el narcotráfico son dos terrenos que, según desvelan los chats de Leandro Norero en el caso Metástasis, no funcionan por separado, sino que se han ido entrelazando con el paso de los años.

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Muestra de aquello consta en una conversación entre el capo del narcotráfico Leandro Norero y Global Pax (identificado por la Fiscalía General del Estado como Cristian Romero, uno de los abogados del Patrón), del 6 de junio de 2022.

“¿Usted se sigue llevando con RC (Rafael Correa)? Que usted tiene el teléfono”, preguntó Romero a Norero, quien respondió jamás haberse llevado con el expresidente sentenciado a ocho años de prisión por el caso Sobornos y que su interacción con él se limitó a un momento específico.

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Según el Patrón, su relación con el expresidente se limitó al proceso de paz entre pandillas liderado por el gobierno de Correa. “Jajaja ese man solo me buscaba por números. Manejo full gente en la calle y en las cárceles y esos son votos”, acotó Norero, quien jugaba con la idea de participar en política.

“Tengo gran población que si me tirara en un partido político, ganara jajaja”, siguió Norero. Una idea que no era mal vista por Romero: “Hagámoslo, jefe, y sale (de la cárcel) con inmunidad parlamentaria”, añadió.

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El coqueteo de Norero con la política, también visto en otros chats del caso Metástasis, según el director de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo, Mauricio Alarcón, muestra una realidad: la permeabilidad de los partidos.

“Nuestro sistema político es permeable no solo a financiamiento indebido, sino a participación indebida”, dice y recuerda que su organización, como otras, ya han alertado de esto desde hace más de 10 años.

Según sigue, los recursos del narcotráfico y de la corrupción han servido para financiar la creación de organizaciones políticas, así como la financiación de candidaturas electorales, algo que aborda los chats.

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Este escenario, según Alarcón, no requiere de más normas, sino del cumplimiento de las existentes. “La clave está en aplicar la ley para depurar los partidos”, sigue y dice que la tarea recae en el órgano electoral.

A diferencia de la observación de Alarcón, en declaraciones para este Diario, el vicepresidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Enrique Pita, señala que dicha función no es atribución de ellos.

“Esa es responsabilidad de la UAFE (Unidad de Análisis Financiero). El CNE organiza procesos electorales y toda su gestión está alrededor de esta actividad”, indica Pita, quien reconoce que no es el escenario ideal ante la coyuntura del caso Metástasis.

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Según reconoce, “lamentablemente, tenemos que encontrar que el Código de la Democracia tiene vacíos importantes en relación a esto. Nosotros solo auditamos los gastos electorales en las cuentas que nos son presentadas”.

Incluso recuerda que en las últimas elecciones generales el CNE se coordinó con la UAFE para establecer “perfiles de riesgo” de los presidenciables. “Así lo hicimos en su momento, aunque nunca tuvimos una respuesta de si se había encontrado alguna situación (...)”, acota.

Una realidad que, según el coordinador de la Comisión Nacional Anticorrupción, Germán Rodas Chaves, debe motivar a repensar el sistema. “La ausencia de partidos ideológicos ha permitido que estos se conviertan en membretes (...)”, dice.

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Al igual que Pita, Rodas Chaves sostiene que la misma ley electoral no permite el fortalecimiento de los partidos doctrinarios, sino de “números que representan a organizaciones sin contenido ideológico permeables a grupos delincuenciales”.

Aunque necesitará de compromiso y madurez política, Rodas Chaves incluso sostiene que dicha reformulación del sistema también pasará por depurar y reducir el número de organizaciones políticas que están habilitadas para participar.

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