En cada latigazo que recibía quién se disfrazó de Jesús, Lucía Freire se estremecía. Se imaginaba cuánto debió haber sufrido Cristo por amor a la humanidad. Ella de 62 años de edad, caminó junto a un cucurucho con su cuadro de la imagen de Jesús del Gran Poder.

La procesión que organizó la Diócesis de Ambato fue la primera en la provincia. A las 08:00 del viernes, quienes simulaban a Jesús, soldados y demás personajes de las últimas horas de Cristo en la tierra se congregaron afuera de la Catedral.

Decenas de feligreses católicos también se sumaron. Lucía también fue para agradecer por los cuidados y a la vez pedir por fortaleza para resistir los dolores de su reuma.

Monseñor Giovanny Pazmiño mencionó que la iglesia se congrega para seguir las huellas de Jesús. Este año la peregrinación tuvo la finalidad de pedir por un mejor vivir, con el planeta y entre la humanidad.

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Los niños también fueron los protagonistas de participar en el acto que recuerda las últimas horas de Jesús en la tierra. Doce pequeños ayudaron al sacerdote y simularon ser apóstoles en el lavado de los pies en el acto que se realizó la noche del jueves en la Catedral de Ambato.

Igual en Izamba, por 80 años se realiza este recordatorio. Nancy Jácome es quien acude cada año, en Semana Santa, a ayudar a arreglar a quienes participan como apóstoles para el lavado de los pies. Nancy ya lleva 40 participando en el acto simbólico de las últimas horas de Cristo en la tierra.

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