
Adriana Sanchez, feliz en su rol de ama de casa
Desde diciembre, Adriana Sánchez (31) estuvo ausente de pantalla. Primero fueron vacaciones y luego el permiso por maternidad. En ese tiempo nació (el 17 de febrero) su segundo hijo, Ezequiel, fruto de su matrimonio con Esteban González (35), hijo del recordado comunicador Eduardo González. Además se redujo los pechos. Antes la talla de su sostén era 36 doble D.
Radiante y sonriente, el lunes volvió a Vamos con todo, de RTS. Confiesa que a la TV no la extrañó y que el período vivido fue el más feliz y lindo, “sin maquillarme, sin tacos... me dediqué a tiempo completo a ser ama de casa y me encantó. No me gusta mucho cocinar, pero soy experta limpiando. No tengo niñera y soy la que cuida a Ezequiel”.
¿El bebé le ha dado guerra?
Era bravísimo. Al principio me las vi negras. A cada rato se levantaba a comer. Pasé las peores malas noches. Con Marcelito (7) no viví estas experiencias. Así fueron los dos primeros meses hasta que Ezequiel se adaptó y aflojó con el carácter. Los primeros días yo lloraba y hasta me dio una depresión posparto. ¡Horrible! Con mi primer hijo permití que mi mamá (Gina) me ayudara. Ahora yo estoy asumiendo toda la responsabilidad.
¿Cambiaría la TV por ser ama de casa?
Sin dudarlo, sin problema. Durante las primeras malas noches pensaba que no quería tener otro hijo. Pero ahora que ya todo está tomando su rumbo sí me gustaría. Tal vez cuando Ezequiel se ‘ponga viejo’, en aproximadamente tres años. Estoy pensando en qué método anticonceptivo usar porque a Esteban hay que tenerle miedo. Para ser madre la primera vez me sometí a un tratamiento. En esta ocasión, a los dos meses de casada (2016) quedé embarazada.
¿Su primer hijo siente celos del nuevo miembro de la familia?
Para nada. Muchas veces antes de dormir lo encontraba pidiendo por un hermanito. Para Marcelito es un regalo. Cuando llega de la escuela va directo a verlo. En la casa todo y todos giran en torno a Ezequiel, aunque trato de no hacer diferencias entre ambos. Cuando salimos de compras, le compro algo a los dos, no solo al más pequeño. Son niños y a veces se ponen susceptibles. Tanto Esteban como Ezequiel encajaron perfectamente en la vida de Marcelito. Esteban lo trata y le dedica tiempo como si fuera su hijo.
¿A los 35 años, cómo le cogió la paternidad a Esteban?
Ese hombre está ‘tragado’ (risas), llega del trabajo y se va al parque con los niños, luego se pone a Ezequiel encima del pecho y se quedan dormidos. Está insoportable (risas).
¿Su esposo la ha dejado de lado por estar pendiente del niño?
Creo que yo le he hecho eso a él. Es imposible no enamorarse de Ezequiel. Cuando nació pesaba 10 libras y medía 54 centímetros. Ese niño me llegaba hasta la garganta de lo grande que era. La última semana de embarazo yo no comía, solo tomaba líquidos, no me entraba ni provocaba nada. Además, creo que se rompió un mito porque usaba la ropa que me hacía sentir cómoda y no los típicos vestidos maternos. Todos me decían que el niño no se iba a desarrollar bien. Son ideas.
Su esposo no quería que se opere...
¿Le da el pecho a Ezequiel?
Los primeros 15 días lo hice, luego ya no tuve leche. Me hicieron exámenes y yo tengo escasa o ninguna producción de prolactina. Tomé algunos brebajes, pero no sirvió de nada (risas).
Uno de sus atractivos es su busto, sin embargo se redujo los pechos.
Hace un par de semanas me saqué las prótesis y me hicieron una reconstrucción. Cuando me las puse estaba en otra etapa de mi vida, quería ser la mujer riquísima. De loca me aumenté las ‘chichis’. Ahora me quedé con mis senos naturales y estoy en el proceso de arreglar lo que dañé. Me siento feliz porque hace rato quería hacerme esta intervención.
¿Qué edad tenía cuando se las colocó?
Dieciocho años y me costó una tremenda paliza. Mi papá (Antonio) me revolcó por toda la casa porque no le pedí permiso. Yo me tapaba para que no se diera cuenta y además no me puse una talla tan grande en la primera operación. Pero cuando vio a la niña de la casa en una revista con tremendas ‘pechugas’, casi le da algo. Después de un tiempo la prótesis del lado izquierdo se rompió y el médico que me atendió me puso unas más grandes.
¿Esteban estuvo de acuerdo?
Que se conforme con lo que hay (risas). Esteban no quería, pero ya disfrutó, ahora que me deje ser feliz. Me dijo: “¿Por qué me haces esto?”. En realidad a él le preocupaba que recién me había sometido a una cesárea y que en poco tiempo ingresara de nuevo al quirófano. Pero ya me tocaba regresar al canal y para esta intervención debía ausentarme otra vez. Mejor un solo dolor.
¿Ya las ‘estrenó’?
(Sus mejillas se ponen rojísimas y suelta una carcajada) ¡Todavía nooo!
Es decir que ‘La Bomba’ se sacó un peso de encima...
Totalmente. Los pechos tan grandes me acomplejaban porque no iban con mi cuerpo. Me sentía grosera, a veces vulgar. Antes quería verme voluptuosa... al estilo de la telenovela Sin senos no hay paraíso. Ya sé que sin senos sí hay paraíso (suelta otra carcajada).
¿Cuál es su talla de sostén ahora?
Antes era 36 doble D. Todavía no me he comprado sostenes, pero creo que seré 36 B.