Se desvanecen las esperanzas de sobrevivencia de Guillermo Lasso. El candidato de la alianza opositora, Virgilio Saquicela, fue reelecto este domingo como presidente de la Asamblea Nacional con el respaldo de 96 votos: cuatro más de los que se necesitan para la censura del jefe de Estado. Correístas, socialcristianos y la mayor parte de asambleístas de Pachakutik y la Izquierda Democrática son la nueva aplanadora y se alzaron también con las dos vicepresidencias y las cuatro vocalías del Consejo de Administración Legislativa. La nueva bancada que el coordinador de los gobiernistas, Juan Fernando Flores, anunciaba triunfal hasta la víspera y que, supuestamente, rozaría los 70 votos y disputaría la presidencia con Saquicela, no pasó de 25 (eran 23). Bancada Ecuador se llama ahora, y esa es toda la novedad: el bloque oficialista se cambió de nombre. En la cresta de la ola, los correístas no solo festejaron la toma total de la Asamblea, sino la investidura, en la misma sesión, de los nuevos integrantes del Consejo de Participación Ciudadana (CPCCS), donde ellos y sus aliados lo controlan todo.

La renovación de autoridades se completó con la reelección de la correísta Marcela Holguín, como primera vicepresidenta; la designación del socialcristiano Esteban Torres como segundo vicepresidente, y el reparto de las cuatro vocalías entre Viviana Veloz (correísta), Ángel Maita (PK-Conaie), Yeseña Guamaní (Izquierda Democrática) y Jorge Abedrabbo (socialcristiano). El oficialismo perdió su representación en el CAL a pesar de mantenerse como bancada en toda regla; el socialcristianismo, en cambio, logró dos puestos, aunque dejó de serlo la semana pasada. El dato curioso lo puso Yeseña Guamaní: gracias a los votos correístas volvió al Consejo del cual fue expulsada el año pasado por esos mismos votos; claro que antes era segunda vicepresidenta y hoy es tercera vocal, pero ella se conforma: ella hace lo que le manden. Las resultados fluctuaron entre los 96 y los 100 votos a favor.

Tras estos resultados, las cosas pintan mal para el presidente de la República, que este martes 16 de mayo comparecerá ante el Pleno para ejercer su derecho a la defensa en el juicio político que se le sigue por presunto peculado. Saquicela y los correístas no solo tienen los votos, sino la herramienta para conservarlos: el reparto de las comisiones parlamentarias, que son la clave de la toma de decisiones en la Asamblea. La jugada consistió en posponer la conformación de esas comisiones (aunque la ley mande hacerla de inmediato) hasta después del juicio político. Así, quien quiera garantizarse su pedazo de torta en las comisiones deberá hacer los méritos correspondientes en el juicio. Por lo pronto, se sabe Fiscalización será para Viviana Veloz, la acusadora principal del presidente, mientras que Fernando Villavicencio vivirá un amargo destierro en la Comisión de Soberanía Alimentaria.

La fiesta correísta de este domingo arrancó con la posesión de los nuevos consejeros del CPCCS. Aunque la ley y la Constitución garantizan la naturaleza apolítica de este organismo, las manifestaciones de apoyo en el Pleno dan perfecta cuenta de por donde van los tiros. Los nuevos consejeros, entre los cuales figura Alembert Vera, un abogado del expresidente prófugo Rafael Correa, no solo fueron saludados con la ovación de su bancada sino que, cuando regresaron a sus puestos después del respectivo juramento, recibieron una verdadera marea de legisladores correístas que corrieron a abrazarlos. Pamela Aguirre daba saltitos de entusiasmo y Walter Gómez (que fue uno de los consejeros a los que esta misma Asamblea depuso por corrupción, en el CPCCS del famoso Cura Tuárez) no paraba de sacarse selfies.

“Sí, tengo un pacto con UNES y se lo digo al país”: por una vez, Virgilio Saquicela habló claro durante su discurso de toma de posesión. Ese pacto que lo enorgullece tiene como objetivo, según anunció días atrás Marcela Holguín, tumbar al presidente, y de él forman parte, también, la mayoría de los asambleístas de Pachakutik y la Izquierda Democrática. En los momentos previos al inicio de la sesión, estos últimos decidieron sacarse una foto con el mural de Guayasamín al fondo para dejar constancia de quiénes eran: Wilma Andrade, Yeseña Guamaní, Rodrigo Fajardo, Marlon Cadena, Ramiro Frías... ocho en total.

En contra de Saquicela solo votaron los oficialistas y algunos independientes, como Fernando Villavicencio: 23 en total (ni siquiera los 25 de la supuesta nueva bancada con la cual delira Juan Fernando Flores). Las 17 abstenciones incluyen a los disidentes del Partido Social Cristiano (que sorpresivamente sí apoyaron la segunda vicepresidencia de Esteban Torres) y los pocos demócratas que quedan en Izquierda Democrática (Alejandro Jaramillo, Dalton Bacigalupo, Johanna Moreira) y Pachakutik (Sofía Sánchez, Ricardo Vanegas...). Salvador Quishpe llegó convenientemente tarde: justo a tiempo para votar en contra de la candidatura de su compañero de bancada Ángel Maita para la segunda vocalía del CAL y ponerse a filmarlo ostensiblemente mientras recibía los abrazos de felicitación del correísmo. Pero hasta él, ha dicho, votará contra Guillermo Lasso.

• Juicio político. El presidente Guillermo Lasso ha sido llamado a concurrir ante el Pleno el martes a las 10:00. Se calcula que el proceso tardará dos días.

Muerte cruzada: El decreto está listo

Fuentes de Carondelet confirmaron a este Diario que el decreto de muerte cruzada está listo. En la Asamblea, incluso hay legisladores del oficialismo que han comenzado a desocupar sus oficinas. Tras lo ocurrido este domingo, la pregunta no es si el presidente disolverá la Asamblea, sino cuándo: algunos dicen que será enseguida. Otros, después de la comparecencia del presidente ante el Pleno.