Los estadios de Quito, afectados por la inseguridad

Calles desoladas, habitantes de calle, consumo de licor a plena luz del día y robos constantes son parte del paisaje urbano en los alrededores del coliseo Julio César Hidalgo, en el Centro de Quito, y del estadio Olímpico Atahualpa, en el norte de la ciudad. Aunque ambos escenarios cobran vida durante conciertos y eventos deportivos, el resto del tiempo se transforman en zonas de abandono y peligro, según denuncian comerciantes y vecinos del sector.

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La calle Olmedo y Pedro Fermín Cevallos, por ejemplo, se han convertido en puntos críticos. Nathaly Cubi, comerciante desde hace una década, cuenta que a diario observa a libadores ocupar el espacio público sin control, muchas veces protegidos por la informalidad del comercio. “Algunos vendedores ambulantes son cómplices de arranchadores. Aquí roban todos los días, se llevan hasta los cables de luz. La zona necesita mejor iluminación y presencia policial constante”, señala con preocupación.

Esta realidad no es nueva. De hecho, los datos de la Secretaría de Seguridad respaldan el testimonio ciudadano: en lo que va del año se han retirado 1.016 libadores de la zona y decomisado 220 armas blancas. Sin embargo, los vecinos aseguran que los operativos son momentáneos y no responden a un plan integral de recuperación urbana.

Para Miriam Chacha, otra vecina del sector, el problema ha escalado al punto de volverse una amenaza diaria. “Aquí hay peleas con cuchillos entre los mismos habitantes de calle. Se toman el puente, duermen afuera del coliseo. Una noche asaltaron a una pareja de extranjeros que se hospedaban cerca. Hay restaurantes, hoteles y bares que son blanco fácil para la delincuencia”, explica.

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El temor de Miriam se sustenta en otro dato alarmante: 606 armas blancas han sido decomisadas en el sector en lo que va del año. Ella propone una solución clara: “Necesitamos una intervención conjunta del Gobierno y el Municipio. Plazas comerciales, más luz, oportunidades para quienes viven en la calle, espacios seguros”.

Mesas de trabajo sin resultados

Juan Carlos Rojas, coordinador del Observatorio de Participación Ciudadana y Seguridad, asegura que las soluciones propuestas hasta ahora son insuficientes. “Existen mesas de trabajo, pero no proyectos reales. Ya se habló de rehabilitar el Mercado Central, pero nunca pasó del discurso. Los vecinos están cansados del show mediático. Aquí la ley de la calle se ha impuesto”, critica.

Rojas revela una cifra estremecedora: alrededor de 10 personas, en su mayoría habitantes de calle, han muerto en la zona en lo que va del año. Para él, el camino es claro: “Si hay un entorno iluminado, con comercio activo y propuestas culturales, es posible reducir la inseguridad. Pero sin una estrategia sociocultural clara, esto no va a cambiar”.

La situación se replica en los alrededores del estadio Olímpico Atahualpa, al norte de Quito. En las calles José Correa, Manuel Sánchez y 6 de Diciembre, los vecinos alertan sobre zonas oscuras, puntos deshabitados y el consumo masivo de alcohol desde vehículos estacionados, especialmente cuando no hay eventos en el estadio.

En esta zona, según reportes de la Secretaría de Seguridad, se han retirado 97 libadores y se han decomisado 234 armas blancas solo en 2025. Sin embargo, los locales comerciales no abren todos los días. “Cuando no hay partidos, esta zona es un desierto. Los negocios cierran por miedo. Necesitamos cultura, turismo, algo que le devuelva la vida al barrio”, comentan los residentes.

La Plaza de Toros, también en el norte de la ciudad, es otro espacio que sufre las consecuencias del abandono urbano. Aqui al contrario de libadores, la inseguridad se ha tomado la zona. Y la presencia de motos atemorizan a los vecinos. Con el paso del tiempo, la zona se ha ido despoblando, lo que incrementa el riesgo de delincuencia. Sin embargo, allí existe una propuesta concreta dentro del Plan de Uso y Gestión del Suelo (PUGS) del Municipio de Quito.

El proyecto busca consolidar una nueva dinámica urbana con más viviendas, comercio, servicios y espacios verdes. Se prevé habilitar cuatro hectáreas de suelo municipal, donde antes funcionaba una estación del Trolebús, para construir el parque ‘Quitopía La Y’. Según el Municipio, también se trabaja en una propuesta urbanística definitiva que incluirá obras públicas orientadas a reactivar la zona de manera ordenada y sostenible.

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