El barrio San José de Monjas, sur de Quito,  se encuentra una vez más sin suministro eléctrico al amanecer. Esta es la cuarta vez que los residentes experimentan esta situación.

Ayer jueves 26 de octubre de 2023 se produjo un nuevo incidente en la avenida Simón Bolívar de Quito, una de las vías más problemáticas.

En el sector Lomas de Puengasí se produjo una colisión entre dos camiones y un poste de alumbrado público. Como consecuencia del siniestro, aproximadamente cuatro barrios se vieron afectados con la interrupción del servicio eléctrico.

Hace diez años, Mariana Martínez se estableció en el barrio San José de Monjas. Recuerda que cada vez que un vehículo choca contra un poste se ven afectados, debido a que las conexiones eléctricas están vinculadas a los postes de la autopista.

Eso implica que los establecimientos comerciales, unidades educativas y viviendas que están en la zona se queden sin este servicio.

Martínez se muestra preocupada por los constantes cortes de luz que han ocurrido durante esta semana a causa de los siniestros de tránsito.

“Los conductores no respetan los límites de velocidad y menos aún en época lluviosa. Sugiero que se implemente un mayor control o se impongan multas más fuertes por dañar bienes públicos”, añade.

Según datos de la Empresa Eléctrica Quito (EEQ), desde el 1 de enero hasta septiembre del presente año, 613 tubos de concreto fueron derribados en accidentes viales en diferentes zonas de la capital, lo cual significa que al día se destruyen 2,06 postes. Eso representa un costo de 956.280,00 dólares.

La cifra va en aumento, a diferencia del 2022-2021. En 2022 se atendieron en total 682 reportes y la EEQ brindó atención a 688 reportes en el 2021.

Un siniestro vial en el que se compromete la infraestructura eléctrica provoca gastos económicos que debe cubrir quien ocasionó el daño.

Los costos que generan las reparaciones alcanzan aproximadamente 1.200 dólares por cada poste.

Se considera el monto según la afectación. Por ejemplo, si el daño incluye equipos muy costosos que la empresa tiene instalados, como transformadores que facilitan la protección y seccionamiento de la energía. También implica movilizar recursos de la empresa, el transporte, la mano de obra, los materiales, equipos.

Una reposición considerada sencilla, en líneas de bajo voltaje, puede requerir la presencia de un grupo o cuadrilla de siete o nueve especialistas.

La atención de estos percances es inmediata por parte de la Empresa. No obstante, según la gravedad y el lugar donde suceda el accidente, la reposición del poste, de las redes de distribución, datos, transformadores, luminarias y la reconexión del servicio pueden tardar entre una y cuatro horas.

Este tiempo de espera incomoda a las personas que viven cerca del accidente.

Rosa Ontaneda reside desde hace 25 años en el barrio Edén del Valle, sur de Quito, y ha perdido la cuenta de las veces que se ha quedado sin luz. Un camión impactó el poste que queda frente a su casa. Este quedó totalmente destruido y los alambres cayeron y se esparcieron por la autopista y acera, lo que ocasiona un peligro para los transeúntes.

Relata que este inconveniente retrasa sus actividades en el hogar. “No puedo cocinar porque mi cocina es de inducción. Los artefactos eléctricos se dañan y en esos casos, ¿quién nos repone (los daños)? Son pérdidas económicas para nosotros”.

Segundo Salazar, técnico de telecomunicaciones, menciona que para restituir el servicio de internet y telecomunicaciones deben cumplir con protocolos.

Una vez que culmine el trabajo de reposición de la EEQ, cuatro especialistas deben sustituir los cables dañados.

En este caso del siniestro, 250 metros de fibra óptica fueron sustituidos para reponer el servicio. Eso implica una labor de una a dos horas.

En el Distrito Metropolitano de Quito han sido identificados 24 sectores con mayor incidencia de choques contra postes. Uno de ellos es la avenida Simón Bolívar, que conecta de norte a sur la ciudad, además de otras zonas como Tumbaco y Cumbayá.

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