Luego de que unas 90 personas fueran evacuadas del teleférico de Quito, la empresa responsable anunció la suspensión del servicio mientras se realizan las evaluaciones de los daños. El incidente ocurrió aproximadamente a las 13:40 del 2 de febrero, según los afectados, pero el Cuerpo de Bomberos de Quito recibió la alerta a las 17:00. Tres horas después.

El viernes 2 de febrero del 2024, en la noche, siete meses después de que 74 personas quedaron atrapadas en la cima de la montaña y en las góndolas elevadas, el sistema de movilidad turística se paralizó nuevamente, dejando a 12 visitantes atascados en las cabinas y aproximadamente a 80 personas en la montaña, sin poder regresar a tierra firme.

(Lea también:12 personas quedaron atrapadas en cinco góndolas del Teleférico)

El desperfecto fue atribuido a una falla eléctrica. Así lo explicó Pamela Vargas, gerente de Teleférico: “En virtud de la tormenta eléctrica que se registró en la tarde (de ese día), un sinnúmero de rayos cayeron en el sector de Cruz Loma, quemando módulos de comunicación y aislamiento, lo que nos impidió reanudar el servicio con normalidad”.

Ella indicó que el protocolo que maneja el Teleférico establece que el servicio se debe detener en dichas condiciones climáticas, y así se lo hizo; pero una hora después, al verificar el estado de los equipos, se determinaron los daños. Según los usuarios, atestiguaron hasta cuatro intentos por restablecer el funcionamiento del sistema.

En julio, tras el primer incidente, el sitio fue clausurado por las autoridades municipales durante dos meses, tiempo en el que la empresa invirtió un monto de 280.000 dólares en equipos, accesorios de seguridad para las cabinas, incluyendo cámaras, botones de pánico y repuestos, y cumplió con una serie de pedidos para recuperar la autorización de funcionamiento.

El jueves, 1 de febrero, un día antes de este nuevo incidente, un equipo de EXPRESO recorrió las instalaciones junto a Renán Flores, gerente de Operación y Mantenimiento del Teleférico.

“En diciembre nos llegaron los equipos de esta fuerte inversión que hemos hecho, todo esto para mantener la calidad del servicio y garantizar la seguridad de los usuarios. Está próxima a llegar una segunda importación de equipos, cuyo fin es dar un buen servicio y garantizar la operatividad”, argumentó.

Y añadió que a diario cumplen con un ‘checklist’ de 50 ítems antes de abrir al público. “Hemos cumplido con todos los requerimientos que nos solicitó el Cuerpo de Bomberos, la Autoridad Metropolitana de Control (AMC) y los organismos de control. Han hecho un seguimiento a los trabajos que hemos venido realizando y fruto de eso procedimos a la reapertura”, indicó.

Y si bien algunas de las mejoras implementadas, como las cámaras, facilitaron en esta ocasión el contacto con los usuarios, es evidente que no hay garantías de que esta situación no se repetirá a futuro. Según Vargas, “no va a ser ni la primera ni la última vez que caigan rayos. Estamos expuestos a la naturaleza, sin embargo hemos actuado de acuerdo con el protocolo”.

El índice de turistas, el rubro más afectado

“No vuelvo nunca más”, comentó molesta Vicky Salguero. La joven quiteña subió el 2 de febrero a las 09:00 al Teleférico y tras una mañana de caminata se vio atrapada en el lugar. “No teníamos cómo bajar hasta que llegaron las camionetas de la comunidad a rescatarnos”, explicó cerca de las 20:00, cuando finalmente concluyó su periplo.

“La vía se llenó de lodo, fue muy difícil bajar, demoramos casi dos horas incluso en las camionetas”, añadió. Luego del incidente de julio, el número de turistas que acudían a diario al lugar ya se había visto afectado.

Según Flores, tras la reapertura en septiembre el Teleférico había recuperado, hasta diciembre, un 70% de los mil visitantes que solían recibir a diario. “Tuvimos una reapertura en septiembre que fue excelente y a la que vinieron personas de la comunidad y de las escuelas del sector. No hemos llegado al nivel de visitantes que teníamos antes, pero esperamos que de a poco podamos ir recuperando ese número, especialmente de turistas nacionales y locales, que llegan sobre todo los fines de semana... Queremos que la gente vaya recuperando la confianza que nos tenía inicialmente, porque es un sistema perfectamente confiable y que está regido por normas internacionales”, dijo a EXPRESO.

Sin embargo, frente a este nuevo impase, es probable que el trabajo realizado en los últimos meses no ayude a aumentar las visitas, por el temor de los visitantes a quedarse atrapados nuevamente en el lugar.

• Inversión

El Teleférico de Quito indicó que desde julio pasado han invertido $ 280.000 en equipos, accesorios para la seguridad de los usuarios y repuestos. Otros $120.000 se invertirán este año.

• Cabinas

Como parte de las mejoras que se llevaron a cabo desde julio, se instalaron cámaras de seguridad en las cabinas, un sistema de ubicación GPS en línea, iluminación led y botones de pánico. Como las cabinas no cuentan con instalaciones eléctricas, se implementó un mecanismo con paneles solares y un banco de baterías de respaldo con las que funcionan los nuevos implementos.

• Visitantes

Desde septiembre, la entidad ha iniciado un continuo nivel de difusión a través de redes sociales, cuyo objetivo es difundir las distintas actividades que se pueden realizar en el Teleférico y atraer nuevos visitantes. Actualmente, el mayor índice de usuarios está compuesto por turistas extranjeros. Antes de julio de 2023, el lugar recibía en promedio mil visitantes diarios entre foráneos y nacionales.

• Protocolos

Según el Teleférico, los cambios que instalaron para la reapertura incluyen un sistema de cámaras que muestra el interior de las cabinas y su ubicación exacta a lo largo de la extensión de la montaña, y que permite la comunicación directa con los usuarios, aparte de un nuevo protocolo que determina la revisión minuciosa del funcionamiento del equipo y que se revisa a diario antes de iniciar el servicio.

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