Una crisis política “cargada de ambiciones personales”, el sicariato infantil, la violencia de género y jueces “que se venden por diez monedas de plata” son algunas de las cruces que cargan los ecuatorianos.

Así lo indicó el monseñor Alfredo Espinoza, arzobispo de Quito, durante el Arrastre de Caudas, emblemática ceremonia de la Semana Santa que se llevó a cabo en la Catedral de la capital.

Poco antes del mediodía, cientos de personas se congregaron en la Plaza Grande para ingresar y presenciar este rito católico de la semana mayor. Entre ellos se veía a una veintena de turistas y periodistas extranjeros, que llegaron hasta el templo para ver de cerca esta ceremonia que en la actualidad solo se conserva en Quito, tras desaparecer de las iglesias de Lima y Sevilla.

Al igual que el año pasado, una pantalla gigante y un centenar de sillas se colocaron en los exteriores de la Catedral, para que quienes no pudieron ingresar observen el rito.

“Aproveché los días de descanso que ofrecía la Semana Santa para venir a conocer Quito y, de paso, ver este ritual del que he leído tanto. Es una pena que se haya extinguido en otros países católicos. Ojalá lo puedan conservar en Ecuador”, manifestó Itziar Cuesta, turista que acudió a esta ceremonia también conocida como el Paso de la Reseña.

Esta fue creada originalmente en el antiguo Imperio romano y se realizaba como acto fúnebre ante la muerte de un general o soldado destacado. El ritual se consolidó como parte de la tradición católica y se lleva a cabo anualmente para evocar el sacrificio de Jesucristo en la cruz.

Se trata de una ceremonia luctuosa, pues en ella un grupo de sacerdotes vestidos con las ‘caudas’, que son largas capas negras, caminan por la iglesia en procesión representando los pecados de la humanidad.

Los religiosos llegan hasta el altar y se postran en el suelo, mientras el arzobispo agita una gran bandera negra cruzada por una enorme cruz de color rojo que levanta por el altar y luego por encima de las cabezas de los fieles de las primeras bancas.

En esta ocasión, esa parte del rito incluyó al alcalde electo de Quito, Pabel Muñoz, quien tomó asiento en la primera fila junto al concejal Bernardo Abad para observar la ceremonia.

Aquella reflexión sobre el sacrificio y el pecado permitió a monseñor Espinoza hacer un llamado a la cordura, mencionando en su homilía los problemas que azotan al país.

“No podemos vivir una cultura de indiferencia ante las cruces de nuestros hermanos. No podemos ser indiferentes ante la cruz de una sociedad que sufre violencia, pobreza, sicariato (...) La cruz que cargamos en estos tiempos de crisis es la incapacidad de escuchar al otro, la cruz de un país sumido en luchas políticas que no miran el bien de la sociedad, de autoridades incapaces de construir con el otro un país mejor”, recalcó.

El religioso ahondó en la corrupción, los femicidios y en las trabas a la justicia, y llamó a los fieles a meditar sobre el verdadero significado de su fe. “¿Llevo la cruz solamente como un símbolo de pertenencia a un grupo religioso? ¿Como un ornamento? ¿Como una joya? ¿O he aprendido a llevarla sobre los hombros y a amarla?”, cuestionó.

Tras la postración de los sacerdotes sobre el suelo, el arzobispo golpeó tres veces el asta de la bandera, para que estos se levantaran y se removieran las caudas, acto que simboliza el triunfo sobre el pecado.

El rito concluyó pasadas las 17:00 con una bendición ofrecida por el arzobispo con una reliquia que, de acuerdo con la Arquidiócesis, tiene fragmentos de la cruz de Cristo.

Procesiones marcan el Viernes Santo

Hoy a las 12:00 la emblemática procesión de Jesús del Gran Poder partirá de la iglesia San Francisco. En ella participarán los cucuruchos y las Verónicas.

Los primeros representan a los penitentes, y las segundas a las mujeres que acompañaron a Jesús al calvario. Esta recorrerá las calles del Centro Histórico y concluirá en el sitio donde empezó, aproximadamente a las 15:00.

A esa misma hora también se realizará la procesión de Jesús del Gran Poder Sur, que saldrá desde la iglesia de la Virgen del Quinche, en el barrio La Unión.

Finalmente, a las 18:30 en la Plaza de Santo Domingo se llevará a cabo la procesión del Silencio, que se hace, como lo dice su nombre, en completo silencio y con numerosas velas.

• Origen. El arrastre de caudas surgió en el ejército romano, en el que batían unas banderas gigantes ante la muerte de un general.