La construcción de la planta de tratamiento de agua en Calderón, al norte de Quito, es una obra esperada por los vecinos de la zona, que durante años han sufrido cortes de agua y escasez de este líquido vital.

Los moradores se encuentran preocupados por el constante desabastecimiento que experimentan, sobre todo en la zona alta de San Juan de Calderón.

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Ellos manifiestan que no disponen de un horario establecido para los racionamientos y constantemente deben mantener baldes o canecas llenas de agua para solucionar los problemas ante el corte de este servicio.

La situación es similar en el sector de La Pradera. María Flor Tirado cuenta que se ha convertido en una odisea conseguir agua para su vivienda.

“Tengo que despertarme en la madrugada para recoger el agua en baldes”, señala.

Tirado dice que ya tiene clasificado dos baldes para la cocina, otros dos para el baño y aseo personal y con agua lluvia se abastece para poder alimentar a sus animalitos.

Hace un llamado a las autoridades para que el proyecto de agua no se retrase y mientras la construcción se materializa, la entrega de agua a través de los tanqueros sea constante.

El desabastecimiento de agua se extiende a los sectores de San Antonio de Pichincha. Carlos Torres, morador del sector, cuenta que los cortes de agua son frecuentes en la zona.

“Tenemos que comprar botellones de agua y eso representa un gasto adicional porque los botellones nos dura de 1 a 3 días”, señala.

Torres también explica que la falta de agua afecta a las empresas que fabrican bloques en la zona, por lo que el precio para la construcción aumenta. “Les toca comprar agua para poder fabricarlos”, agrega.

Según la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps), la parroquia de Calderón es la de mayor crecimiento en la capital. Actualmente supera los 200.000 habitantes.

Este aumento poblacional ha generado inconvenientes para la dotación de agua potable en los lugares cercanos, pero con mayor intensidad en las zonas altas como San Juan de Calderón, que cuenta con 15.000 habitantes.

David González, funcionario de la Gerencia Técnica de la Epmaps, explica que con la construcción de la planta de tratamiento de agua en Calderón se busca solucionar estos problemas. “El agua que abastecerá esta planta proviene de Pifo, viene del sistema de Papallacta y se tomarán 1.300 litros para que sean tratados en la planta de Calderón”.

El agua será transportada por una tubería que recorre 40 kilómetros desde Pifo hasta San Juan de Calderón. Esta obra tiene un avance del 20%.

El primer tramo de la conducción y la planta ya están en marcha, mientras que el segundo tramo de conducción inició el proceso de licitación.

Esta gran obra prevé ampliar el servicio en las parroquias de Calderón, San Antonio de Pichincha y Calacalí.

El primer tramo tiene una inversión de $ 49,6 millones con un avance de 17,49%. Su plazo de construcción es de 42 meses.

La construcción de la planta tiene un avance de 17,04%, con una inversión de 16 millones de dólares con un plazo de 36 meses. El segundo tramo, que tiene un presupuesto referencial de 53,2 millones dólares y un plazo de 30 meses, tiene como objetivo llevar el agua desde Puembo hasta Calderón.

La planta de tratamiento de agua en Calderón es una obra que representa una esperanza para los vecinos de la zona. dicen los moradores del sector de Bellavista. No tienen agua para sus sembríos, tampoco para su uso diario. Una vez que esté terminada, los habitantes de Calderón, San Antonio de Pichincha y Calacalí tendrán acceso a agua potable de calidad de forma constante.

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