Ola judicial contra la prensa
Los que alguna vez intentaron amordazarla, junto con sus acólitos, sintiéndose aupados por un triunfo electoral, ahora buscan volver a ‘vacunarla’
La prensa siempre será un blanco de ataque de quienes ostentan o creen ostentar algo de poder. Ser observados es, sin duda, el mayor temor de aquellos que manejan los hilos de la corrupción en este país, donde cada día aparece un hecho dudoso nuevo. La labor de los medios de comunicación es replicar esas denuncias que vengan, obviamente, de una fuente de información creíble, ya sea por la veracidad de sus documentos y/o por el peso del cargo del que está revestida.
Ahora, llenos de ínfulas, acosan al periodismo para pretender que deje de replicar las denuncias de corrupción de voces autorizadas porque simplemente no son de su agrado. Y cuando en el ejercicio de la contrastación se les abre el micrófono, prefieren guardar silencio. Ante la ausencia de la extinta y poco extrañada Superintendencia de Comunicación, los tribunales de justicia son la nueva palestra para amedrentar a los medios de comunicación.
La prensa atraviesa otra ola de judicialización de la labor periodística. Los que alguna vez intentaron amordazarla, junto con sus acólitos, sintiéndose aupados por un triunfo electoral, ahora buscan volver a ‘vacunarla’ con temor. Cualquier mínimo intento debe ser condenado con la dureza que amerita, con especial énfasis de quienes aspiran a Carondelet.