Todos los poblados que se vieron beneficiados gracias a la reactivación del ferrocarril que se dio durante el gobierno pasado, hoy se encuentran afectados por su nueva desaparición. La liquidación de la Empresa Pública de Ferrocarriles no solo dejó en el desempleo a sus trabajadores, también significó el cierre de pequeños comercios vinculados con el turismo nacional y extranjero, y la pérdida de un atractivo para comarcas y pequeñas ciudades de la sierra y la costa.

Hoy se escuchan planes para la puesta en marcha de un tren multipropósito que combinaría el transporte de pasajeros con el de carga, alejándose del fallido modelo de funcionamiento que se enfocó en un turismo de élite que no permitió que el ferrocarril fuese un negocio rentable.

Es imprescindible que los ministerios que están trabajando en su implementación se nutran de la amplia experiencias de los países europeos, donde el tren es un medio de transporte eficiente. Sería de enorme utilidad estudiar los casos de éxito, los cuales conllevan una infraestructura adecuada, una logística funcional, localización óptima de las estaciones, y costos y tiempos óptimos, de tal forma que el ferrocarril sea un medio realmente competitivo frente al servicio que ofrecen las carreteras y el transporte pesado y de pasajeros.