Por ser una antigua y noble institución destinada a proteger las garantías jurisdiccionales, conviene salvaguardar las acciones de ‘habeas corpus’ del manoseo impúdico realizado a la administración de justicia, pues lo que está en juego con su aplicación es la defensa de la libertad. Es urgente cambiar la Constitución y las leyes conexas que permiten tal manoseo. De otra forma, bien podrían los abogados de tantas PPL decir que permanecen hacinadas en los distintos recintos penitenciarios del Ecuador, y vía ‘habeas corpus’, aplicando la novísima doctrina Manglaralto, obtener la libertad de sus defendidos argumentando que la vida de ellos está en peligro. Basta con dos publicaciones sobre las masacres para probarlo.

Por su parte, el juez de marras podría promover su candidatura a un premio por haber encontrado la solución al problema de la superpoblación en las cárceles. Será difícil que los parientes de otras PPL entiendan por qué los abogados a cargo de su defensa no logran liberarlos. Es el exvicepresidente la envidia de todos los reclusos y familiares de reos, pues incluso una tercera persona se apiadó de él y aun sin saber en qué prisión se encontraba ni cuál era su real condición de salud, interpuso la acción de ‘habeas corpus’.

¡Qué vertiginoso retorno al país de Manuelito!