Independientemente del giro que dé el nuevo gobierno nacional en el manejo del país a partir del 24 de mayo, cada una de las ciudades de las 24 provincias deberá repensarse para superar la crisis económica, sanitaria y de inseguridad que enfrentamos. Y las propuestas no deberán limitarse simplemente a solucionar problemas, sino a planificar el futuro inmediato y de largo plazo. Aquello implica un primer proceso de evaluación de la situación actual, para en función de ello elaborar un diagnóstico que permita identificar tanto los problemas apremiantes como las oportunidades que su tradición productiva, su ubicación geográfica, sus recursos naturales, sus atractivos turísticos o su importancia geopolítica determinen como las más viables para su desarrollo, con ventajas estratégicas.

¿En qué han mejorado las ciudades ecuatorianas en las últimas décadas? ¿En qué se han especializado para convertirse en polos de progreso o en destinos de diversa índole? ¿A qué le han sacado partido?

Las autoridades seccionales deberán concentrar todos sus esfuerzos en elaborar programas de desarrollo innovadores que permitan la reactivación y competitividad en un mundo globalizado y en dificultades económicas. La ciudadanía por su parte, debe exigir que así se haga y también ser propositiva.