Ecuador va en caída libre y los partidos políticos y sus líderes no se preocupan por los temas que realmente permitirían sacar adelante al país. Asimismo, ninguna autoridad, salvo el presidente, que ha planteado la seguridad como su prioridad, ha presentado una listado de las necesidades más urgentes de la comunidad o territorio al que representan y al que se deben. Ni gobernadores, ni alcaldes, ni prefectos, ni funcionarios de las carteras de Estado o de las instituciones públicas han dado a conocer cuál es el programa que han diseñado para satisfacer los requerimientos de sus mandantes, detallando las medidas a tomar, las acciones a implementar, los plazos en que se realizarán y la forma en que darán a conocer los resultados que obtengan en el desempeño de sus funciones, periódicamente y al finalizar su gestión.

Abundan los temas por resolver: la depuración de todo el sistema de Justicia, la reestructuración y rescate del IESS, la deserción escolar, la transformación de la matriz energética, las extorsiones, los secuestros y el vandalismo en general, el crecimiento descontrolado y desordenado de las ciudades, el ineficiente transporte público, la contaminación en todas sus variantes y el incontenible déficit fiscal al que hay que ponerle fin con decisiones que nadie toma por ser impopulares. El país clama por gobernantes y políticos patriotas.