Lo peor que le puede pasar a un mercado que se muestra atractivo para la inversión es no poder garantizar a sus usuarios un nivel máximo de confianza. Y de ese mal viene cojeando el mercado bursátil de Ecuador, cuya imagen se vio afectada hace unos años por malas prácticas empresariales y laxos controles que devinieron en pérdidas millonarias para el instituto de seguridad social de la Policía. Ahora podría abrirse un nuevo capítulo con la presunta participación de una casa de valores que aparece en el entramado de empresas vinculadas a la compañía señalada de ocultar y lavar los bienes ilícitos del narcotraficante que es figura central del caso Metástasis.

Es verdad que toda inversión societaria conlleva un riesgo, pero estos deben ser propios de los vaivenes del mercado mas no de prácticas corruptas. La Superintendencia de Compañías, Valores y Seguros es responsable de controlar el buen funcionamiento de este sistema, pero la administración de las casas de valores y las propias bolsas están llamadas a mirar hacia adentro y ‘sanear sus filas’ para evitar cualquier tipo de infiltración ilícita, de tal manera que cualquier inversor tenga la confianza de acercarse a comprar títulos valores porque sabe que trata con instituciones serias que cumplen las regulaciones establecidas. Si se quiere fortalecer a este mercado es necesario empezar por reforzar su institucionalidad e imagen.