Editorial | El mejor aliado de un gobierno honesto
Los medios de comunicación, en respeto estricto a su rol en la sociedad, no deben asumir el papel de halagadores del poder
¿A quién prefieren: a aquel amigo que por miedo a romper la relación se guarda sus opiniones por más duras que estas sean, o a aquella persona que sin ser amigo dice las cosas frontalmente y con honestidad? Cada quien sabe escoger a quiénes escucha y con quiénes se rodea. La misma lógica opera cuando se ejerce el poder político. El gobernante sabrá si quiere escuchar a aduladores que solo buscan usufructuar del dinero público para escuchar que todo está bien, mientras la realidad es una totalmente diferente.
Los medios de comunicación, en respeto estricto a su rol dentro de la sociedad, no deben asumir el papel de halagadores del poder, ni de ser parlantes del mensaje oficial, socavando su credibilidad y su voz a cambio de asegurar la pauta estatal.
La prensa honesta es, sin duda, el mejor aliado de un gobierno honesto.
Solo cuando ambas partes entiendan lo importante que es el papel de cada uno -sin la necesidad de ser afines o amigos- para la construcción de una sociedad más sólida, cuando se comprenda que los medios de comunicación honestos no pretenden ser oposición política, porque no es su rol por más que así se lo quieren endilgar por el simple hecho de hacer su trabajo, solo entonces se podrá combatir eficazmente la corrupción y otros grandes males del país.