La educación online y el teletrabajo, opciones a las que están recurriendo la mayor parte de países para reactivarse, no son soluciones aplicables en nuestro país. Internet en Ecuador no abastece la demanda generada por el trabajo y la educación que se llevan a cabo desde casa, no solo por falta de conectividad, ya que un gran porcentaje de la población no tiene acceso al servicio, sino por la mala calidad de la señal. Al recibir clases los hijos (de diferentes grados de instrucción) al mismo tiempo que los padres teletrabajan, la capacidad se satura y la señal se vuelve lenta o se desconecta intermitentemente, generando atrasos o la interrupción de la clase, la reunión laboral o la tarea a ejecutar desde el hogar.

Las autoridades competentes deben investigar esta deficiencia en la calidad del Internet, pues los usuarios pagan una tarifa mensual por el servicio, y al haber crecido exponencialmente la demanda, las compañías que lo prestan tendrían que haber invertido en ampliar su capacidad instalada. De igual forma, para que más habitantes puedan tener cobertura debe invertirse en la infraestructura requerida y el Estado podría permitir la participación en ello de la empresa privada, vía concesiones por ejemplo. Sin estas condiciones, la reactivación en línea no es viable.