Peligrosas emociones

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El problema no radica únicamente en las palabras mal dichas, sino en las emociones. Exactamente, en el mal manejo de las emociones que, al desbordarse, nos ponen al límite del peligro.

Dicen que todos tenemos derecho a una segunda oportunidad. A que un tren pase de nuevo y podamos subirnos. A que el amor renazca en tiempos suplementarios. A que acciones borren pasiones. Desafortunadamente no siempre ocurre.

En eso he pensado al ver el vergonzoso episodio protagonizado por el concejal Fernando Morales, agrediendo al alcalde Jorge Yunda mientras este daba un discurso por la celebración del 10 de Agosto, en la sala de sesiones del Concejo Metropolitano. Si quería afectar al burgomaestre capitalino, logró lo contrario, dejando en la retina de los ecuatorianos un gesto para no olvidar. Difícilmente Morales se quitará de encima esta vergüenza, y mal hace en minimizarla diciendo que solo le lanzó agua y que hizo “lo que haría todo quiteño cansado de tanta mañosería…” Me gustaría creer que este joven político tendrá una segunda oportunidad para mostrar su amor y respeto por Quito y los quiteños.

Ni con los años (han pasado más de 30) y su histórica Alcaldía de Guayaquil, Jaime Nebot ha podido lograr que la gente olvide su “Ven para mearte” en el Congreso de 1990… Asimismo, los ecuatorianos no olvidaremos esas frases que llamaban al delito: “Si roban, roben bien”, de la asambleísta de Pachakutik Rosa Cerda.

El problema no radica únicamente en las palabras mal dichas, sino en las emociones. Exactamente, en el mal manejo de las emociones que, al desbordarse, nos ponen al límite del peligro.

Los sabios y pensadores de nuestros tiempos podrían ilustrarnos con la imagen de Acuario, el signo zodiacal representado por una figura humana que tiene un cántaro de agua y lo está vaciando. Los estudiosos de la astrología podrían decirnos que verter las aguas con cuidado es uno de los grandes desafíos de la nueva era, ya en vigencia (unos dicen que esta era de Acuario arrancó en diciembre del 2020; otros, que empezó en marzo de 2021). Su reto fundamental en la humanidad es ponerla a prueba para salir del conflicto, dejando el elemento tierra para entrar en el elemento aire, donde sería posible la esperanza. Una era de gran avance en la comunicación y la tecnología, siempre y cuando se conduzcan las aguas con armonía. Las aguas son las emociones y lo que se pide es que sean conducidas con calma.

Para quienes no dan crédito o seriedad a los temas astrológicos, la psicología moderna plantea lo suyo: inteligencia emocional le dicen, y no es otra cosa que hacer del equilibrio una constante en la vida.

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Pues bien, la inteligencia emocional le falló al concejal Morales haciéndole el gran favor al alcalde Jorge Yunda. Lo que hizo, más allá de restarle importancia a la marcha Todos por Quito, fue ubicar a los opositores en la orilla de los prepotentes…

Lección para todos: cuidado y dejamos que nuestras emociones nos conduzcan a nosotros y no nosotros a ellas. Cuidado y dejamos salir sin control, la ira, la rabia, la venganza… Cuidado y no nos dejamos acompañar por la prudencia.

Mi maestra -Natlie- solía decir a manera de consejo “no dejes que las palabras vayan directo de la cabeza a la boca, sin pasar primero por el filtro del corazón”.

Si por ese filtro habrían pasado las emociones desbordadas del concejal Morales, otra sería la historia. Otro sería el resultado de la marcha Todos por Quito. Vamos a creer que tanto la ciudad como el concejal tendrán pronto una segunda oportunidad.

  • El problema no radica únicamente en las palabras mal dichas, sino en las emociones. Exactamente, en el mal manejo de las emociones que, al desbordarse, nos ponen al límite del peligro.